Fabrice Hadjadj "La Pâque est plus forte que la peste ...

 

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Veamos.

En apariencia, dice Hadjadj, la tableta no compite con la mesa, sino con el portátil. «Se añade a la mesa, sin ponerla en cuestión». Sólo tenemos que aceptar la idea corriente de que la relación entre ellas no es de competencia, sino acumulativa. Eso que se repite siempre de que no sustituye, sino que suma. «Como si el tiempo de la jornada fuera infinitamente alargable y como si el tiempo pasado ante una pantalla no transcurriera sustrayendo el que podríamos pasar –o ganar- ante un rostro», es decir como si la presencia de la tableta sobre la mesa no produjera en realidad una sustracción a la presencia y a las relaciones humanas que sobre esa mesa se despliegan. O como si las nuevas posibilidades de interacción social que la tableta nos ofrece «no modificaran estructuralmente nuestras relaciones» entre nosotros y el mundo… Y como si no supiéramos, en fin, que la supuesta adición se convierte a menudo en una adicción. Tan es así que la aparición de las pantallas ha propiciado la progresiva desaparición de la mesa familiar, de la vida familiar. «La fast food –con todo lo que significacorre paralela a la banda ancha», dice Fabrice.

Es cierto que alguna diferencia hay entre las pantallas tradicionales de televisores y ordenadores y la de la tableta o los móviles. Mientras que aquellas son verticales interponiéndose entre nosotros y entre nosotros y el mundo, la tableta es horizontal. «Estamos ante una pantalla, pero nos mantenemos por encima de una tableta puesta sobre una superficie llana» que nos congrega de modo físicamente parecido al de la mesa. De hecho, para Steve Jobs, el IPad tiene, frente al más asocial ordenador, un cierto carácter convivencial, para compartir. Es desde ese punto de vista desde el que podemos contraponer mesa y tableta: las dos parecen reclamar la virtud de congregar, de compartir. ¿Lo hacen? ¿Lo hacen del mismo modo?

Para iniciar su análisis nos recuerda Hadjadj que «un medio es siempre algo más que un medio». Aunque tendamos a verlos como simples cosas que utilizamos, los gadgets tecnológicos –todos, pero sobre todo los que tienen que ver con la comunicación– influyen en nuestra visión del mundo. Son «objetos que redistribuyen el mundo según su configuración». Es “El medio es el mensaje” de McLuchan que quiere decir que el medio no es neutral. «No solamente es un soporte de la información. Informa a la misma información» que transmite. El medio no es sólo práctico, sino fenomenológico: produce efectos en lo más profundo de lo que somos. Y lo hace «de manera más profunda cuanto más discreta es su presencia». Pensemos por ejemplo, en cómo influye el simple hecho de que una mesa sea redonda –haciendo a todos los comensales iguales–, o rectangular –en la que dos presiden sobre los demás-. O pensemos igualmente en la omnipresencia de la televisión que la hace precisamente invisible –es decir, la vemos sin darnos cuenta de que lo hacemos porque es ya una parte imprescindible de nuestras rutinas– y, sin embargo, tiene constantemente una repercusión enorme sobre la casa y los que la habitan, condicionando no sólo sus horarios, sino sus valores y sus relaciones humanas. Pensemos, finalmente, ya no en la verticalidad u horizontalidad señaladas por Hadjadj, sino en que el PC y el portátil–más movible, pero todavía pesado– permanecían anclados a la mesa de trabajo y situados en el ámbito temporal de una actividad sometida a un horario y a un lugar al que hay que acudir aislándonos de los demás. Las pantallas de la tableta y el móvil, superan esa limitación del espacio y participan en el tiempo de ocio, del negocio, de la relación personal y familiar. No son una parte exterior de nosotros, sino que, en la mesa o en el bolsillo, forman parte de nosotros. Apenas ya las sentimos como algo exterior, ajeno, porque no tenemos que tomar la decisión de abandonar, acudir, encender, permanecer, apagar… Ya no son percibidas como una actividad, ahora están con nosotros todo el tiempo. Son nosotros. De ahí que la ausencia del móvil dé unos síntomas de abstinencia prácticamente físicos, como si nos faltara una parte de nosotros mismos.

Referencias:

Tablette vs table, ¿La tableta electrónica es superior a la mesa del comedor? En Fabrice Hadjadj, ¿Qué es una familia? La trascendencia en paños menores ( y otras consideraciones ultrasexistas) Nuevoinicio, Granada, 2015.

La eficacia de lo pequeño

Pantalla sobre pantalla, Familia actual

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