T.S. Eliot
(Missouri, USA, 1888-Londes, 1965)
El primer coro de la roca
«Se cierne el águila en la cumbre del cielo,
el cazador y la jauría cumplen su círculo.
¡Oh revolución incesante de configuradas estrellas!
¡Oh perpetuo recurso de estaciones determinadas!
¡Oh mundo del estío y del otoño, de muerte y nacimiento!
El infinito ciclo de las ideas y de los actos,
infinita invención, experimento infinito,
trae conocimiento de la movilidad, pero no de la quietud;
conocimiento del habla, pero no del silencio;
conocimiento de las palabras e ignorancia de la Palabra.
Todo nuestro conocimiento nos acerca a nuestra ignorancia,
toda nuestra ignorancia nos acerca a la muerte,
pero la cercanía de la muerte no nos acerca a Dios.
¿Dónde está la vida que hemos perdido en vivir?
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?
Los ciclos celestiales en veinte siglos
Nos apartan de Dios y nos aproximan al polvo.»
(Traducción: Jorge Luis Borges)
el cazador y la jauría cumplen su círculo.
¡Oh revolución incesante de configuradas estrellas!
¡Oh perpetuo recurso de estaciones determinadas!
¡Oh mundo del estío y del otoño, de muerte y nacimiento!
El infinito ciclo de las ideas y de los actos,
infinita invención, experimento infinito,
trae conocimiento de la movilidad, pero no de la quietud;
conocimiento del habla, pero no del silencio;
conocimiento de las palabras e ignorancia de la Palabra.
Todo nuestro conocimiento nos acerca a nuestra ignorancia,
toda nuestra ignorancia nos acerca a la muerte,
pero la cercanía de la muerte no nos acerca a Dios.
¿Dónde está la vida que hemos perdido en vivir?
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?
Los ciclos celestiales en veinte siglos
Nos apartan de Dios y nos aproximan al polvo.»
(Traducción: Jorge Luis Borges)
Vaya, Pepe, ¡un poema!
Todo en él apunta hacia otro modo de conocer…fuera de lo conocido.
Hola, Susan. Veo que sigues por ahí en la tramoya de la lectura silenciosa, aunque espero que constante. Gracias.
Lo cual, por lo demás, es un impertinencia típica de T.S.Eliot: la de apuntar hacia donde nada hay. Como dramaturgo me gusta; como poeta… es mi primera experiencia y no ha sido feliz. Desacuerdo mitigado, eso sí, por la inteligente traducción de un grande de las letras.
«¿Dónde está la vida perdida en vivir?» Paradigma de pregunta «abierta» que no lleva a ningún nuevo conocimiento. Por poner un solo ejemplo de lo dicho.
Sí, la «sabiduría» incorpora indicadores de merma para que, alertados, sus propietarios se dispongan a defenderla. Si, al fin, el conocimiento y a información la aproximan al polvo,… la causa incorpora culpa.
Vivir la vida que alcanza dignidad (o que no la pierde), es una cuestión de equilibrio y coherencia entre «la idea» y «el acto». La vida actuada y la vida ideada, y viceversa, deben «ser» una sola vida.
José Luis
El poema no es fácil, José Luis, pero he de confesar que tu crítica tampoco. Sin embargo, como siempre, agradezco tu lectura y profundidad.
Aquí dejo un vídeo que creo que se ajusta bastante a uno de los temas principales que se habla en este blog; el uso actual de las nuevas tecnologías. Por favor mirarlo y reflexionar, porque cada día me asombro más de lo inconscientes que podemos llegar a ser las personas.
http://www.youtube.com/watch?v=wAEaF4ShEN8
Por cierto, buen blog.
Lo vermos de inmediato y lo comentaremos, amigo. Gracias. Yo también no dejo de asombrarme. Puede que eso nos salve.
He visto el vídeo y lo colgaré la próxima semana. Curiosamente, también me lo envía hoy mismo por e-mail Elvira. Gracias a los dos.
Tienes toda la razón, Pepe, he descuidado la claridad de mi comentario en esta ocasión. A ver si hay mejora:
Para mí, en su poema, Eliot habla de una existencia que es -que hacemos ser- «infinita invención», como si el hombre dilapidara así su finita oportunidad de sabiduría de lo infinito, o conocimiento sabio de Dios. De inicio, loa un orden perfecto que rige el universo (creacionismo); luego, enfrenta a las palabras con la Palabra para lamentarse de que sea nuestro conocimiento el que nos aleje de Dios (filiación). Finalmente, veinte siglos de ciclos celestiales (fuera de toda acción humana) parecen predeterminar (¿predestinación?) que el hombre no sea salvo.
Pero… no creo que estas consideraciones (las del poema de Eliot) nos acerquen a ningún lugar de conocimiento. Eso es lo que quería decir.
José Luis
A mí me encantan -y me interesan para el blog- sobre todo los once últimos versos. Las tres oposiciones entre movilidad y quietud, habla y silencio, palabras y Palabra en las que veo una aplicación directa a la confusión actual provocada por el conocimiento mediático. Las paradoja siguiente del conocimiento y la ignorancia que parece escrita antesdeayer intentando definir el marco actual de la eclosión ciberoptimista. Y, por último, esas tres preguntas claves que cierran el poema:
¿Dónde está la vida que hemos perdido en vivir?
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?
La vida que hemos perdido en vivir es esa que pasamos desviviéndonos viendo cómo viven los demás o como dijo Lennon, «La vida es eso que sucede mientras estamos en otra parte». El supuesto conocimiento que supuestamente nos ofrece la tecnología que nos aleja del verdadero conocimiento que es el saber. La sobreinformación que, finalmente, nos impide conocer.
Quizás, yendo un poco más allá, ‘la vida que hemos perdido en vivir’, ‘la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento’ son aquellos que podemos alcanzar a contar o a mostrar; así, la ignorancia de mi porpia narración se revelaría como sabiduría.
¡Cómo me alegra la resonancia que ha llegado a adquirir el post!. Es la fuerza de la palabra poética. Eso sí que es ir más allá, Susan: lo que no sé es precisamente la sabiduría inalcanzable que persigo. Eliot y Borges estarán satisfechos
«…Para venir a donde no sabes,
has de ir por donde no sabes…»
(San Juan de la Cruz)
¿Hay salto de grado entre el socrático «solo sé que no sé nada», y «lo que no sé es precisamente la sabiduría inalcanzable que persigo»?
Te agradezco muchísimo, Susana, la cita de San Juan de la Cruz. Me ha movido a leer al santo en los próximos días. Característica de sabios es expresarse escueta y sencillamente.
José Luis
San Juan de la Cruz y yo vamos al 50%
Buena compañía elegiste. Tendríamos que interesarnos más por la elección de buenas compañías… como has hecho tú.
José Luis
Ahora sin vacilar, el poema completo es inquietante, desconcertante. Como si quisiera señalarnos lo que el ya conoce y nosotros podemos percibir mientras dura la vibración de la duda que suscitan sus versos.