Desde 17:41 hasta 20:13
Sobre un fondo de filmación de una clase de los años cincuenta -el pasado- en formato cine, de nuevo la voz en off del experto en TIC.
«En una clase tradicional, las cosas eran mucho más uniformes, mucho más dirigidas y mucho más pautadas desde el comienzo del día hasta el final del día. »
[Quitémosle hierro al lenguaje: uniforme, dirigida y pautada es una clase de primero de Infantil, de Primaria, también de Secundaria. Debe serlo. Es la manera de que los niños salgan poco a poco de sí mismos y accedan a la disciplina del trabajo en el aula. No hay nada de malo en ello]
Primer plano del experto en la clase de infantil. Pantallas y niños.
«La incorporación de la tecnología lo que ha permitido es una atención a la diversidad enorme en el aprendizaje dentro del aula. De tal manera que puedes tener un alumno o un grupo de alumnos realizando una actividad, otro realizando otra y cada uno está aprendiendo algo diferente en ese momento».
[Es cierto que el ordenador, permite acciones individualizadoras que mantienen ocupados a distintos alumnos con distintas actividades adaptadas a su nivel. Facilita esa tarea.]
Planos de la clase de adolescentes “trabajando en grupos”. Ordenadores abiertos, tecleando, compartiendo… Planos de apoyo de pizarras digitales con imágenes de idiomas o presentaciones. Voz en off.
«La tecnología nos ayuda a cooperar con los demás, a acceder a la información, a realizar tus propias presentaciones, tus propios diseños o bien nos sirve de apoyo para aprender otros idiomas o a leer. La tecnología es parte de nuestro mundo y del mundo del trabajo, por eso la educación tiene que adaptarse a las necesidades futuras de estos alumnos»
[Nos ayuda a cooperar con los demás… o no. Depende de la motivación para hacerlo, con o sin tecnología. Para acceder a la información, personalizar los diseños y presentaciones, realizar actividades de aprendizaje de idiomas o de lectura la tecnología informática viene muy bien. Todo eso es cierto. Lo que no encaja es la última frase en la que subyace un argumento conclusivo: utilizar la tecnología en clase es inevitable porque es ya una herramienta instalada en nuestras vidas; pero lo de adaptarse a las necesidades futuras en este contexto del vídeo, vuelve a reducir el problema educativo a utilizar o no herramientas: las necesidades futuras de los alumnos no se cubren por la utilización de una tecnología que se utiliza ya fuera del colegio de manera habitual. El colegio debe cubrir sobre todo aquello que el alumno no encuentra fácilmente en su vida cotidiana y por eso necesita de la escuela para ejercitarlo: la cabeza.]
Alumna opinando
«Si no sabes utilizar un ordenador pocas cosas puedes hacer (risas nerviosas y aprobatorias de sus compañeros) y también, no sé…, aprender a usarlo y las diferentes opciones que tienes con internet y con el ordenador»
[Sin ordenadores se pueden hacer millones de cosas. De hecho las hacemos. Es más hay que seguir haciéndolas. Y es bueno que haya que seguir haciéndolas. Entre otras cosas por la máxima de Carr de que cuanto más listo es el ordenador, más tonto puede llegar a ser el usuario. La denominada peyorativamente enseñanza tradicional va a seguir siendo el pilar fundamental de la educación, porque la educación es sobre todo presencia, es decir, transmisión de persona a persona con ordenadores o sin ellos, con unas u otras herramientas y metodologías.]
Voz en off y luego plano medio de Jordi Ros Coordinador 2º ciclo ESO SEK de Cataluña (la publicidad que decíamos al principio):
«Es evidente que existen riesgos. Por ello el alumno debe aprender a responsabilizarse de su propio aprendizaje, de sus limitaciones y puntos fuertes, así como de los problemas que tienen estas y otras tecnologías.
Podíamos estar hablando de peligros reales que hay en internet, peligros a la hora de dar datos personales o de su intimidad, peligros a la hora de que ese internet te haga perder una visión de la realidad… eso es lo que tenemos que enseñarles a los chavales porque internet no va a desaparecer, van a tener que convivir con ella y a medida que crezcan tendrán que adaptarse y utilizarla adecuadamente».
[Al fin las palabras riesgos, peligros: los problemas en torno a la pérdida del concepto de intimidad convertido en extimidad, la pérdida de una visión de la realidad…, nada más y nada menos. Pero, ¿sólo esos? Hay otros: falta de control en la gestión de la privacidad, devaluación del concepto de amistad, pérdida de tiempo, adicción, alejamiento de lo próximo, aislamiento, deshabituación social, ciberbulling, contacto indiscriminado con edades distintas en vez de con sus iguales y su efecto en el desarrollo armónico del crecimiento, detrimento de la palabra a favor de la imagen, dificultades para la lectura lineal profunda a favor del surfing y la distracción del hipertexto, desplazamiento de la autoridad familiar al anónimo global, falta de concentración, sobreinformación, acentuación del individualismo burbuja por la posibilidad de creación de un menú informativo personalizado, personalización de la publicidad, hipersexualización, … Sí, es tarea de la escuela y la familia ayudarles a crecer en ese maremagnum y no es tarea fácil ya lo creo. Por eso, hablar de la red como una panacea educativa, sin tener en cuenta TODO lo que supone es una deformación pedagógica enorme y una irresponsabilidad.]
Voz en off. Planos de clase, ordenadores, pizarra digital, etc…
«El cambio que está viviendo la educación ha de ser realista, adaptado al momento actual.»
[Exacto: realista y no basado en un idílico optimismo cibernético.]
Experto Coordinador TIC
«Necesitamos pensar en un cambio en el sentido de crear un nuevo proyecto pedagógico distinto que nos permita la aplicación de la tecnología en esa enseñanza individualizada, en esa aparición de nuevas emociones, en el trabajo de las inteligencias múltiples. No podemos estar con métodos del siglo XIX, en aulas del siglo XXI. Y el gran reto es formar y preparar a nuestros alumnos probablemente para profesiones que todavía no conocemos.»
[El contrapunto planteado en este caso por las imágenes –las antiguas, y ajadas, rancias diríamos, de los años 50 y las modernas, coloristas, participativas, cool,… del siglo XXI– es, sobre todos, el argumento icónico de la primera parte de este fragmento del vídeo. Sin embargo, por supuesto que la tecnología es una herramienta que ayuda mucho al aprendizaje en el aula y fuera de ella. Por supuesto que la escuela y la familia deben asumir el reto de enseñar a sacar todo el partido a las herramientas tecnológicas minimizando e incluso aprovechando pedagógicamente sus riesgos.
Pero insistimos: la educación no es la tecnología y la escuela y el aprendizaje con ordenadores o sin ellos, con o sin pantallas, siempre va a exigir esfuerzo, concentración, trabajo,… nunca va a ser fácil.
La frase de las profesiones del futuro que aún no conocemos es un mantra que repiten todos los educatecnólogos; parece que dice algo, por la aparente paradoja, pero está bastante vacía. La educación, si educa, siempre lo hace para un futuro incierto. La obligación fundamental de la escuela no es formar profesionales, ni siquiera conseguir que el alumno adquiera habilidades funcionales, digitales o no, sino la de dotar de una buena y estructurada cabeza capaz de afrontar con éxito situaciones diversas y acompañar a las familias para que el crecimiento personal de los chavales sea lo más completo posible en todas sus dimensiones: afectiva, social, artística, espiritual, etc. La tecnología sólo se aprovecha al cien por cien cuando el usuario está educado, es decir, bien armado intelectual y afectivamente.
De hecho uno de los espejismos que engañan a la hora de saber cómo están las cosas es del tipo de “Pues mi hija, trabaja con el ordenador y le saca muchísimo partido” Todos conocemos alumnos luminosos –que diría Negre– capaces de extraer todo su jugo a aquello que utilizan como herramienta sea o no digital. Pero constituyen una minoría que no puede ocultar qué está pasando con la mayoría social más mediocre. La distancia –incluida la brecha digital– entre esa minoría y el resto no la soluciona la tecnología –más bien la agranda– sino la Educación con mayúscula la que te dota de herramientas intelectuales y emocionales para manejar las herramientas digitales. ]
Referencias:
Expléndida contestación. No se ta ha pasado una especie, sin su apropiada consideración. ¿Creerás que cuando oía la voz del experto en TIC decir: «no podemos estar con métodos del siglo XIX en aulas del siglo XXI. Y el gran reto es formar y preparar a nuestros alumnos probablemente para profesiones que todavía no conocemos», no he caído (es decir me ha parecido «novedoso») en que ese ha sido siempre, como bien apuntas, el reto de una buena educación «con o sin tecnologías»? Lo digo, porque parece que digan «algo nuevo» (tal vez eso es lo que cabría esperar, por ser nuevas las didácticas, y porque descalifican las ya existentes o «tradicionales»)…. pero nada nuevo dicen. Entonces. ¿cómo explicarnos esa aclamación, ese hipercontento que «parecen» mostrar sus oyentes (sea en los teatros, sea en los medios)?
Y ¿qué pensar de su silencio o al menos del bajo perfil crítico con que se emplean cuando de citar los «peligros y riesgos» de estas tecnologías se trata? No será por que no estén ya detectados y sobre ellos se escriba también y no estén en la palestra. Magnífica la enumeración a vuela pluma que de ellos nos das. ¿Acaso no deberían ser discutidos igualmente junto a los «supuestos» beneficios de las TIC que, por cierto, crecen y crecen de autor en autor? Muchos de los beneficios del juego con videojuegos que he podido leer, me parecen directamente risibles, falsos, proyectiva pura de educadores que parecen no confiar en sí mismos y desde luego dan escasa muestra de conocimientos pedagógicos. O los que dan no me gustan.
Citas la gran verdad de la educación: «Siempre se educa para un futuro incierto aún no conocido. No importan los recursos tanto como el esfuerzo. La misión de la escuela es estructurar buenas cabezas».
Amén.
José Luis
Exactamente eso es lo que me animó a comentar exhaustivamente el vídeo. El bombardeo de simplezas aparentemente novedosas, pero sin contenido es abrumador en el entorno pedagógico y en este vídeo, Punset condensa gran número de ellas, sin empacho alguno, sin consideración, sin maquillaje.
Es hora de, no dejar pasar ni una sin intentar ponerla en su sitio, revelando su validez o su vaciedad.
El porqué de su fácil asimilación general quizá se aclare en un próximo post dedicado a un excelente artículo médico que me mandó Elvira hace un par de semanas con estas expresivas palabras en su título: «¿Tecnología o tecnolatría?»
En deseos ardo ya de leer ese magnífico artículo.
Muy de acuerdo, Pepe: «es hora de no dejar pasar ni una». Estudiemos las vías a utilizar para ir contrarrestando el estropicio y proponiendo mejoras reales (o simplemente mejores).
José Luis