Todd Alcott es un guionista, actor, director y monologuista que en los años 90 escribió este texto para un monólogo, titulado “Television”.
«Mírame. Mírame. Mírame, mírame, mírame. Mírame. No, no, no, no mires allí, mírame a mí, mírame, mírame.
¿Me estás mirando? ¿Está mirándome todo el mundo? ¿Me atendéis? Bien.
No te hagas una idea equivocada. No estoy intentado supervisar tu vida. ¿Qué necesitas qué? ¿Qué necesitas? ¿Que necesitas qué? ¿Ir al baño? Estupendo. Levántate, ve al baño, vuelve y mírame. ¿Que necesitas qué? ¿Necesitas algo que comer? Bien. Levántate, ve a la cocina, coge algo para comer, vuelve y mírame. ¿Que necesitas qué? ¿Dormir? Bueno, levántate, ve a la cama, ve a dormir, levántate, vuelve y mírame.
Bien. Así que tenemos un acuerdo. Tú harás absolutamente todo lo que necesites hacer y cuando lo hayas hecho, volverás y me mirarás.
No te preocupes por tu agenda. Estoy aquí para ti. Estoy aquí por ti. Veinticuatro horas al día, siete días a la semana, estoy aquí para ti. Estoy aquí por ti. Me necesitas, aquí estoy. Limpia y nauseabunda, gorda y delgada, estoy aquí para ti, estoy aquí por ti. La gente intenta decirte que soy mala. ¿Sabes a qué me suena eso? A lo de que las uvas están verdes…
Ya sabes lo que… ― eh, eh, eh, eh, eh, no mires allí, allí no pasa nada, mírame a mí, mírame, mírame.
Tengo todo tipo de cosas increíbles. ¿Peligro? ¿Sexo? ¿Acción? ¿Muerte? ¿Emociones? ¿Comedia? Todo está aquí, todo en los próximos ocho minutos. ¿Puedes creerlo? No puedes. Es increíble. ¡No puedes creerlo porque es increíble! Es un milagro. Sólo debes continuar mirándome. Sólo debes continuar mirándome. Sólo debes continuar mirándome. Mírame, mírame, mírame, mírame, mírame».
Después, una usuaria de Vímeo, Beth Fulton, ha realizado esta interpretación visual:
Television is a drug. from Beth Fulton on Vimeo.
Sin concesiones. Y que se sepa, ni la autora de las imágenes, ni el autor del texto son socios de Asume (Asociación de Usuarios de los Medios).
Yo no vivo la atadura de la televisión, pero creo que este monólogo y llamativo vídeo posterior es extensible a consolas y ordenadores. Mis alumnos están más «enganchados» a estas cosas que a la propia televisión.
Un saludo.
Hay un pequeño contrasentido en el monólogo, que sólo mi debilidad por buscar cinco pies al gato (bastante corregida en la actualidad) puede justificar.
Y es ello, que las drogas no acostumbran a establecer «acuerdos» con sus súbditos. Una droga que se precie no deja a éstos «hacer todo lo que necesiten hacer».
Porque la televisión es una droga ¿dura o blanda?
Ese «porque» debió ser «por que».
Como dijiste en un post reciente, hay que ver el valor que tiene la palabra para explicar algunas cosas.
El poder de fascinación de cualquier pantalla, Negre, es infinito. Es cierto que en ciertas franjas de edad la tele pasa a un segundo plano «tapada» por otras pantallas y otras fascinaciones… pero sin ceder el trono: sigue siendo la reina. El enganche del móvil, de internet, del chat, de la red social, de YouTube es la fascinación del narcisismo, de la curiosidad de la cerradura, de la tribu, de la autoafirmación, de la construcción de personalidades reales o falsas… mezcladas con el brillo de la pantalla que nos obedece… Pero la tele sigue siendo ese peligroso milagro que siempre nos espera para dárnoslo todo sin pedirnos NADA o casi nada.
Ese acuerdo tácito, José Luis, es el engaño que tanto al drogadicto como al teleadicto le lleva al convencimiento del «Yo no estoy enganchado», «yo no veo casi la televisión»… porque, efectivamente hago otras cosas: sueño, pis, comida… incluso la penosa obligación de trabajar, pero luego siempre vuelvo porque ella siempre está ahí, fiel, esperándome para apoderarse de mi mirada y con ella de mi tiempo.
Si te refieres al texto del monólogo, es, efectivamente, muy expresivo, Amanda.