«Allá por los años 80, cuando los centros educativos empezaron a invertir seriamente en informática, reinaba el entusiasmo: el hipertexto liberaría de la finitud de la página impresa, los lectores establecerían todo tipo de nuevas conexiones intelectuales; el hipertexto derrocaría la autoridad patriarcal del autor y liberaría a los lectores de la terca materialidad del texto impreso.
Citamos sólo dos de 2009 de los que aparecen en el libro: Patricia Greenfield, psicóloga, en Science, repasó de más de 50 estudios sobre los efectos que los diferentes medios de comunicación ejercen sobre la inteligencia, «todo medio desarrolla ciertas habilidades cognitivas en detrimento de otras» Las pantallas nos han llevado «a un desarrollo sofisticado y generalizado de habilidades visuales-espaciales». Pero nuestra «nueva riqueza en inteligencia visual-espacial» va aparejada de un debilitamiento de nuestras capacidades para el procesamiento profundo en el que se basa «la adquisición consciente, el análisis inductivo, el pensamiento crítico, la imaginación y la reflexión». 2009, Universidad de Stanford, batería de test a usuarios multitarea habituales, y usuarios multitarea esporádicos; conclusión: «los usuarios multitarea son pasto de la irrelevancia. Cualquier cosa les distrae. Al realizar simultáneamente varias tareas online, entrenamos nuestros cerebros para que presten atención a tonterías»
Pero aquí, nuestras autoridades educativas no se han enterado y en vez de emplear la escuela como un bastión para conseguir armar inteligencias organizadas que puedan aprovechar y disfrutar mejor la red, quieren introducir la red en la enseñanza de modo que licúe las inteligencias para hacerlas algodón en la nube.
Siempre tarde. Siempre más papistas que el Papa.
Parece el informe forense de un cadáver. Difícil leer algo más claro y exacto del fenómeno.
La frase «La red nos hace más inteligentes …para la red» definidora y definitiva.
Estupenda entrada, de nuevo.
En mi colegio se está implantado la pizarra digital y la fiebre 2.0 Admito que a mí me gustan estas herramientas, pero llevo meses repitiendo a quien me quiera oir que no son la panacea, que no ayudarán a aprobar al alumno que no tiene ni quiere tener hábito de trabajo, que perderemos concentración y el contacto personal.
Por no hablar del placer de poder abrir un libro y tocar y oler sus páginas…
Muy interesantes estas últimas entradas tuyas.
Un abrazo.
Gracias Negre. El mérito no es mío, sino de Nicholas Carr. Cuando tengas un momento, entra en los enlaces (1,2,3,4,)de esta última cuyo contenido te resultará, seguro, familiar.
Si una cosa está clara para los que seguimos este Blog es que tras la TECNOLOGIA hay mucho papanatismo y mucho marketin indisolublemente unidos. La frese del título de hoy es magnífica para expresar los límites de la red. «La red nos hace más inteligentes… para la red». Y lo malo -o lo bueno- es que necesitamos de esa otra inteligencia que la red no desarrolla para poder aprovechar bien la red ¿Habrá algún modo, algún sitio, alguna escuela donde desarrollarla?