«Hay una inercia de la Educación Nacional, institución que desde hace 10 años ha venido demostrando una inmensa hipocresía en las reformas educativas. Por ejemplo, jamás, ¡jamás! han incluido en ellas la mínima referencia al papel que juega la televisión en la formación de los adolescentes y los niños. Hay un bombardeo de imágenes tal que se convierte en una descomunal escuela de irresponsabilidad. Si se permite que la imagen virtual devore a los adolescentes, la vida misma acabará siendo virtual para ellos. Mire lo que pasa hoy: queman coches y edificios igual que ocurre en los videojuegos. Esos críos son expertos en tecnología pero no saben que hubo una Guerra Civil en España. Está ocurriendo lo que Fellini nos avisó un día que iba a ocurrir: estamos construyendo generaciones enteras de cretinos impacientes. Y la impaciencia mezclada con la cretinez acaba en disturbio»
Bertrand Tavernier, El Mundo, 10 de noviembre de 2005
Bertrand Tavernier es escritor, director, actor y productor de cine. Es autor, entre otras, de:
La princesa de Montpensier (2010)
In the Electric Mist (2009)
Hoy empieza todo (1999)
Capitán Conan (1996)
La carnaza (1995)
La hija de D’Artagnan (1994)
Ley 627 (1992)
Nuestros días felices (1990)
La vida y nada más (1989)
La pasión de Beatrice (1987)
Alrededor de medianoche (1986)
Un domingo en el campo (1984)
Coup de torchon (1981)
Une semaine de vacances (1980)
La muerte en directo (1979)
Dos inquilinos (1977)
El juez y el asesino (1975)
Que empiece la fiesta (1975)
Vean televisión, no la consuman o serán consumidos por ella.
Buen articulo. Y ya que no necesita comentarios aprovecho para hacerte una pregunta pepeboza, que hace ya tiempo quiero hacerte. ¿Ese que sale en la foto del blog eres tu o es un artista de cine?
Estando muy de acuerdo con lo que quiere decir Tavernier, no lo estoy tanto con algunas cosas que dice. Por ejemplo, cree que se queman coches y edificios (habla de disturbios étnicos en Francia) porque toman modelo de los videojuegos, y es clarísimo que es al revés: los que hacen y venden videojuegos, ganan una pasta descomunal imitando virtualmente, disturbios reales.
Yo, para el caso de España, no llamaría «cretindad impaciente» al producto resultado del hiperconsumo de imágenes, sino jibarización moral (bastante bien asumida) de un pueblo que vive demasiado aislado y por ello sufre lo que no está escrito con sus respectivos gobiernos o administraciones del poder público. y ¿quién nos ha reducido a este estado: el bombardeo icónico?: No. Ha sido la acción calculada de unos y la inacción o falta de reacción de otros. España es una culpa nuestra.
En efecto es asombrante que «La Televisión» no figure en los textos escolares, al parecer ¡jamás! Y que ello suceda no sólo en España sino en Francia y desconozco en cuantos países más, pero supongo que en bastantes, si no en todos. Se me ocurren varias explicaciones del fenómeno que digo de corrido: ¿cómo van a «cuestionar» los textos escolares (oficiales) el medio con el que se ganan las elecciones? ¿cómo descubrir a un enemigo tan desnaturalizado, tan hiperpléxico, tan mutante, tan representativo, tan ……. como la televisión? La sutileza inteligente de la serpiente que se disfraza de bien para hacer el mal es una broma al lado de la capacidad de la televisión (y otros medios) para contar mentiras. No somos un pueblo impaciente sino sometido, desmontado, desactivado y de momento, rendido.
NOTA AL MARGEN: El perfil de ciudadano cretino impaciente que provoca disturbios debe ser el resultado de cierta endogamia mental característica de Francia (no de los franceses). Recuerden cómo Francia nos ha detenido, volcado, y quemado cientos de camiones y sus mercancías con la total inacción de sus poderes públicos, «dejando hacer» , «mirando para otro lado» mientras cretinos impacientes ciudadanos franceses disturbiaban bastante nuestros intereses… y la ley, todo sea dicho. También hubo un tiempo, un larguísimo tiempo, en el que Francia «jugaba» políticamente con nosotros, protegiendo, no deteniendo a terroristas de ETA que sí tenía, sin embargo, localizados y en libre circulación, no colaborando con España creo recordar que porque éramos una dictadura (primero) y porque no había la «suficiente sintonía» (después) con nuestros primeros gobiernos, democráticos sí pero ¡cáchis! de derechas y centros dudosos, descendientes del régimen franquista, sin pedigrí progresista, como el que aportó más tarde el «socialismo» del PSOE. ¡Ah, caramba! eso ya era otra cosa para Francia, ahora sí pudieron colaborar un poquito de algo más en nuestro problema terrorista. Claro que si por Francia hubiera sido, ya nos hubiéramos muerto de hambre los españoles décadas antes, cuando teniendo ella, no nos daba comida de comer porque éramos territorio fascista, creo recordar.
Ejemplos de «disturbios virtuales» copiados de los reales para lo de los videojuegos: tsunamis, terremotos, guerras de Irak, Afganistán, Líbano, ….. (en guerras hay muchos juegos), las mismas torres gemelas a tomar viento, con sus llamas y su todo realista (gentes precipitándose por el aire que acaban escachadísimas en el suelo, claro). Al lado de mi casa hay un ciber en el que veo a los chicos videojugar a estas cosas.
José Luis