“En Abizanda (Huesca) hay un pedazo de torre medieval. Era una más del cordón pirenaico de torres vigía con capacidad defensiva que los cristianos dispusieron para frenar la invasión de los moros. En uno de sus costados, a buena altura, justo debajo de un hueco en el muro, ha quedado fijada sobre la piedra gris una especie de estela oscura de notable longitud. Eran los desechos orgánicos que los humanos habitantes, sentados en unas mínimas tablas que volaban el edificio, abandonaban por gravedad a la madre naturaleza.
Acabo de ver lo que para el mismo fin es ya común utilizar en el oriente y ―quién lo duda― pronto puede serlo en el resto del mundo (avanzado). Sin poder evitarlo, me ha venido a la cabeza la idea de que esta necesidad, la de quedar aliviado, siendo del todo básica o primaria, queda ajena e inmutable al avance del interfaz para su ejecución. Me consuela mucho pensar que el mismo relax ha podido sentir tras la micción el hombre medieval que el contemporáneo, el prehistórico que el futuro hombre espacial.
No lo pensamos a menudo, pero hay gran lección en considerar aquellas cosas en las que el hombre permanece inalterado e inalterable en sus placeres y sus sufrimientos. Así físicos como psíquicos, materiales como espirituales. Aquellas a las que la tecnología no acaba de alcanzar.
¿No serán de alguna manera estos inodoros electrónicos la misma cosa que nuestras «nuevas tecnologías», es decir, interfaces inútiles al hombre? ¿De qué nos sirve estar tan comunicados con el mundo, si lo que necesitamos -y nos da placer- es estarlo con nosotros mismos y con nuestros seres queridos? ……
Interrumpo mi discurrir, para ir a dar un paseo, otra actividad inasequible al cambio tecnológico.
Un abrazo. José Luis.”
Gracias, Pepe. No me lo esperaba. Estupenda foto la que has encontrado. Cuando yo estuve en la torre filmando la reconstrucción de la torre para el departamento de Hª del Arte, sí se veía claramente lo que describo. Parece que se hizo desaparecer el rastro.
El profesor Esteban Lorente, dedujo que los arqueros que bajo el tajadillo defendían la torre, tenían una estatura no superior a 155 cms. ni inferior a 150 cms. Para ello se basó en la medida de la luz o cuerda de los arcos de la época, la posición y postura que debían adoptar en sus puestos para disparar y no ser alcanzados por las flechas de trayectoria ascendente, por las posbilidades de circulación entre los arqueros por la escalinata única de ascenso y descenso, al producirse los relevos, y por cálculos balísticos de las trayectorias de ataque y defensa de las flechas, piedras catapultadas y demás armamento usado en la época. Posteriormente a su publicación, otros estudiosos reconocieron la certeza de los cálculos del profesor Lorente.
Hay que decir, que fue también Lorente el primero en descifrar íntegramente el significado de lo representado en los bajorrelieves del friso del Patio de la Infanta, que bien cerca tenemos para poder visitarlo.
¡Qué rabia da repetir dos veces torre en la misma oración! Es por la hora que es. Lo siento.
Cierto que el post de José Luis inciden en una realidad que como muchas otras nos pone los pies en el suelo que todavía no es un suelo virtual. Se agradece.
¡Qué gran cosa es tener de colaborador al siempre jefe del SEMETA!
Gracias, verbum. Oportuna mención al suelo que aún pisamos, porque ….. habrá que estar al loro. He sabido (trasladaré información a Pepe) que una futura profesión va a ser la de «EXPERTO EN REALIDAD AUMENTADA» que básicamente será el resultado de sumar la virtual a la real y tendrá aplicación (de momento) en el sector turismo. Tenemos, por ejemplo., una catedral en ruinas. Pues bien: la «realidad aumentada» nos permitirá visitar también el resto de las ruinas (lo que fue y ya no existe ) mediante su «ensamblaje visual» con los restos.
Otra profesión del futuro inmediato ¡ojalá! es la de ARQUITECTO ESPACIAL. Espero que mi hija se gradúe cuando empiece a moverse la cosa.
Gracias, Pepe, pero mi título no es «el siempre jefe del SEMETA» sino «el mismísimo jefe del SEMETA». Toma nota y que no se repita.
José Luis.
Enhorabuena por el Blog. Muy interesante. Sólo decir que este post está muy relacionado con el anterior. la «dura resistencia de lo real» a la que se refiere Pepe en uno de ellos, está en la voz de consumidor y en la experiencia de José Luis. Esa dura resistencia de lo real será lo que nos salve de la carga de falsedad que acompaña a las bondades de la tecnología.
Me alegra mucho tu buena impresión del Blog. Es verdad lo que dices y no había «caído». ¡Ojalá vean nuestros ojos el triunfo de la resistencia de lo real!
Tu optimismo debe contagiarnos, Eduardo.
José Luis.