la era del capitalismo de la vigilancia-shoshana zuboff-9788449336935

Como hemos comentado ya en otras ocasiones, después de veinte años dominados por un ciberoptimismo acrítico y una opinión pública y mediática narcotizada  frente a las llamadas «nuevas tecnologías», llevamos ya un tiempo en el que han ido apareciendo textos periodísticos y ensayos más amplios en los que se empieza a poner de manifiesto una cierta preocupación sobre los efectos de la llamada revolución tecnológica y una mirada de sospecha sobre las grandes corporaciones que se han ido adueñando de la red y están en la raíz de muchos de los problemas relacionales, sociológicos y políticos que el uso y el abuso de la tecnología -sobre todo de las tecnologías de la comunicación, pero no solo- plantean.

Tímidamente -es increíble, pero así es: tímidamente- está empezando a llegar a las familias y quizá a los centros educativos una cierta preocupación ante el panorama de dispersión, dependencia y sufrimiento que el smartphone está provocando en los jóvenes. Aquel internet originario y todavía posible, dinamizador, abierto, conectivo, estimulante y democrático lleno de posibilidades, ha sido cercado y en muchos casos anulado por un internet del entretenimiento,  adictivo, matarratos, devorador de la atención, disperso, inabarcable, desinformador, homogeneizante y, tras su apariencia participativa, profundamente paralizador, aislante y antidemocrático.

A pesar de algunos movimientos regulatorios de las autoridades europeas -la Agencia Española de Protección de Datos es un ejemplo de ello- estas grandes multinacionales de Silicon Valley, refugiadas en una incomprensible alegalidad, han estado haciendo y hacen lo que les da la gana con nuestra privacidad, nuestros datos, nuestras fuentes de conocimiento e información, engrandeciendo su invasión de todo nuestro mundo personal externo e interno, mientras engordan año a año sus cuentas de resultados, sin que la mayor parte de los usuarios -ni los periodistas, ni los académicos, ni las instituciones…- opongamos la más mínima resistencia fascinados todavía por el gratis total  desde el que nos proporcionan sus servicios, por el secretismo con el que actúan, por la velocidad de sus conquistas, por la sorpresa que todavía nos produce su existencia y por la sensación de inevitabilidad que, alimentada por las propias corporaciones, nos paraliza.

Publicamos a partir de hoy una síntesis del magnífico libro de la socióloga de Harvard, Shoshana Zuboff, que, se ha enfrentado al fenómeno del dominio político y económico de las grandes corporaciones tecnológicas con un rigor académico, una profundidad y una extensión realmente encomiables. Un texto imprescindible para quien quiera entender  el mundo contemporáneo.

Hoy, como expone la autora del libro que os presentamos, la amenaza contra nuestra libertad y contra nuestras libertades, no procede de las estructuras políticas ni del Estado, sino de estas enormes empresas privadas que crecen a costa de nuestras huella digital y están acumulando tanto poder como ningún estado totalitario hubiera nunca soñado. 

Hemos reducido sus casi novecientas páginas aproximadamente a treinta, que vamos a dividir para su publicación en XIV entradas más o menos independientes, más o menos temáticas, para facilitar su lectura. El 99’9% del texto que presentamos son palabras literales de la autora tal y como las escribe en su obra. Sin embargo, las hemos desplazado y reorganizado de acuerdo a nuestra comprensión del texto original sin señalar paginación alguna y con una serie de subrayados en negrita que igualmente son nuestros.  No obstante, al final de cada entrada tenéis el enlace a  la síntesis ordenada esta vez sí con las páginas y en el orden en el que Zuboff las presenta para que sea más fácil citarla.

Creo, por supuesto,  que merece la pena acceder al original y pido perdón a la autora por el tejemaneje al que hemos sometido su texto, pero esperamos que esta síntesis que presentamos pueda servir de aperitivo para abrir el apetito de la obra completa.

Ahí va la primera entrega que comienza con una…:

Definición

«Capitalismo de la vigilancia»: 1. Nuevo orden económico que reclama para sí la experiencia humana como materia prima gratuita aprovechable para una serie de prácticas comerciales ocultas de extracción, predicción y ventas. […] Origen de un nuevo poder instrumentario que impone su dominio sobre la sociedad y plantea alarmantes contradicciones para la democracia de mercado. 7. Movimiento que aspira a imponer un nuevo orden colectivo basado en la certeza absoluta. 8. Expropiación de derechos humanos fundamentales que puede considerarse como un golpe desde arriba: un derrocamiento de la soberanía del pueblo.

La tecnología propuesta como facilitación vital de los usuarios debería cumplir los supuestos de: 1) que solo el usuario debe decidir qué experiencias se transfieren y convierten en datos; 2) que la finalidad de esos datos sea la de enriquecer la vida del usuario; y 3) que el usuario sea el único juez que decide cómo se comparten o se utilizan esos datos. De ese modo hoy sería el usuario quien conoce, quien decide y quien decide quién decide. Pero hoy, sin embargo, no van por ahí los tiros.

El capitalismo de la vigilancia reclama unilateralmente para sí la experiencia humana, entendiéndola como una materia prima gratuita que transforma en datos de comportamiento. Dichos datos se usan como materia de procesos avanzados de producción conocidos como inteligencia de máquinas, o inteligencia artificial, con los que se fabrican productos predictivos que prevén lo que cualquiera de ustedes hará ahora, en breve, y más adelante. Estos productos predictivos son comprados y vendidos a terceros en un nuevo tipo de mercado de predicciones de comportamientos o mercado de futuros conductuales. Además, la dinámica competitiva y de obtención de beneficios impulsa a adquirir fuentes de excedente conductual cada vez más masivas, predictivas y completas accediendo a nuestras voces, nuestras personalidades y emociones, e incluso interviniendo en la marcha misma de las cosas para afinar y estimular ciertos comportamientos a fin de dirigirlos hacia unos resultados rentables para las empresas que los compran. Así que no solo conocen nuestra conducta, sino que también moldean nuestros comportamientos.

Cada búsqueda fortuita, cada «me gusta» y cada clic genera un activo que monitorizar, diseccionar y monetizar.  Las compañías comenzaron a justificar esa apropiación como si se derivara necesariamente de un inevitable quid pro quo por unos servicios de internet «gratuitos». La privacidad, decían ellas, era el precio que había que pagar por obtener unas recompensas tan generosas como la información, la conexión, el entretenimiento y demás bienes digitales. Les dimos la bienvenida a nuestro mundo, a nuestros hogares; las envolvimos en nuestros propios rituales de hospitalidad. Y en el momento mismo en el que se satisficieron nuestras necesidades, nuestras vidas fueron objeto de un concienzudo saqueo en busca de datos conductuales en beneficio de otros.

«Las decisiones de Google– dice Frank Pasquale y yo añado: y de todo el resto de corporaciones dedicadas a este negocio– se toman a puerta cerrada […] Pese a proclamarse adalides de la objetividad y de la neutralidad, lo cierto es que continuamente toman decisiones controvertidas, cargadas de valores. Ayudan a crear el mundo que ellas aseguran que solo se limitan a ‘mostrarnos’».

Referencias:

Síntesis completa de La Era del Capitalismo de la Vigilancia ordenada y paginada

La era del capitalismo de la vigilancia en Casa del Libro