(Tercera entrega de la síntesis del libro de la socióloga de Harvard, Shoshana Zuboff, un texto imprescindible para quien quiera entender  el mundo contemporáneo.

El 99’9% del texto que presentamos son palabras literales de la autora tal y como las escribe en su obra. Sin embargo, las hemos desplazado y reorganizado de acuerdo a nuestra comprensión del texto original sin señalar paginación alguna y con una serie de subrayados en negrita que igualmente son nuestros.  No obstante, al final de cada entrada tenéis el enlace a  la síntesis ordenada esta vez sí con las páginas y en el orden en el que Zuboff las presenta para que sea más fácil citarla.

Creo, por supuesto,  que merece la pena acceder al original y pido perdón a la autora por el tejemaneje al que hemos sometido su texto, pero esperamos que esta síntesis que presentamos pueda servir de aperitivo para abrir el apetito de la obra completa.

Ahí va la tercera entrega: la vigilancia de nuestra conducta ¿es sólo propia de gobiernos no democráticos?

El gobierno chino está impulsando el desarrollo de un sistema integral de «reputación social» para mejorar la conducta de sus ciudadanos que va registrando «buenas» y «malas» conductas en una amplia variedad de actividades económicas y sociales, y asigna automáticamente castigos y premios para moldear eficazmente el comportamiento de las personas, haciendo un seguimiento de todo ciudadano chino mediante un archivo que compile datos de fuentes públicas y privadas. Se trata de garantizar unos resultados sociales (ya no de mercado o comerciales) valiéndose de medios instrumentarios de modificación conductual.

En 2015, el Banco Central chino anunció la puesta en marcha de un software dirigido a puntuar la reputación personal llamado Sesame Credit que genera una valoración holística del carácter de una persona por medio de un aprendizaje algorítmico que asimila mucho más que el hecho de que esta pague a tiempo sus facturas: evalúa y clasifica compras (por ejemplo, el hecho de que sean videojuegos o libros para niños) o cosas como la calidad y la cantidad de las amistades. Sus puntuaciones mejorarán si, por ejemplo, descartan amigos con puntuaciones bajas. El director ejecutivo de la empresa presume de que el sistema garantizará que las personas malas de la sociedad no tengan adónde ir, y que las buenas puedan moverse con libertad y sin trabas.

El sistema chino de reputación social forma parte de ese enfoque impulsado desde Silicon Valley, según el cual los problemas humanos podrían resolverse de una vez por todas mediante el poder disruptivo de la tecnología. Quizá el elemento más impactante de toda esta historia no sean las intenciones ocultas del Gobierno chino, sino lo mucho que se parecen estas al camino que la tecnología está emprendiendo en otras muchas partes del mundo.

Los usuarios chinos son rendidos-convertidos, clasificados y puestos en la cola de las predicciones cada vez que teclean o tocan botones en una pantalla, y lo mismo nos ocurre a nosotros porque, en el fondo, la labor del texto en la sombra (1) consiste precisamente en evaluar, categorizar y predecir nuestro comportamiento por millones de vías que nosotros no podemos conocer ni combatir: nuestra huella digital se convierte en un expediente digital.

Referencias:

(1)[Hay dos textos] Del primero de esos textos, somos nosotros los autores y lectores. Un texto que sí está a la vista del público [y lo] valoramos por el universo de información e interconexión que pone a nuestro alcance. […] Buena parte de ese texto a la vista del público está compuesto de lo que nosotros inscribimos en sus páginas: nuestras entradas, nuestros blogs, nuestros vídeos, nuestras fotos, nuestras conversaciones, nuestra música, nuestras historias, nuestros comentarios, nuestros «me gusta», nuestros tuits, y toda esa gran y masiva barahúnda sobre nuestras vida allí capturada y comunicada.

Síntesis completa de La Era del Capitalismo de la Vigilancia ordenada y paginada

La era del capitalismo de la vigilancia en Casa del Libro