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Hablaba ayer Anónimo en su comentario de consumo inevitable y me he acordado de esta tira de Quino. Tener para acabar siendo lo que tienes no es un buen destino. No es humano. Ignoro si la sociedad de consumo puede dejar de serlo y seguir viva, pero estoy seguro de que si seguimos sus dictados, podemos ser nosotros los que acabemos muertos. Muertos vivientes, pero muertos. Supongo que de lo que se trata es de aprender a potenciar siempre el ser para darle al tener el valor que realmente tiene en nuestras vidas. Es decir, de nuevo, las virtudes de siempre: justicia, generosidad, austeridad,  templanza…―¡qué palabras!―. Distanciarse de las cosas para mirarlas objetivamente. Construir desde dentro. No creo sinceramente que la sociedad sea inevitablemente consumista o no sea. No es la sociedad de consumo la que se sostiene a sí misma.  Debajo de las cifras macroeconómicas que nos aplastan, pero no son sino sociología, está cada  familia, cada persona libre, intentando ser y sustentando de verdad el garito que por eso funciona… a pesar de la sociedad de consumo.