Retorno a Brideshead está basada en la excelente novela homónima de Evelyn Waugh en la que Durante la Segunda Guerra Mundial, el capitán Charles Ryder regresa con su compañía a la retaguardia en Inglaterra. Allí las tropas se alojan cerca de el castillo de Brideshead, un lugar que el capitán frecuentó a menudo en el pasado. Recuerda entonces el tiempo en que siendo estudiante en Oxford traba amistad con Sebastian Flyte heredero de la rica familia católica y aristocrática propietaria del castillo, revive su íntima relación con éste, sus amores infructuosos con Julia la hermana de Sebastian, y nos ofrece las claves de las complejas relaciones familiares dentro de la familia Flyte y por extensión, del cambio que se está produciendo en el mundo durante el periodo de entreguerras.
Una producción muy fiel a la novela, que reproduce de manera extraordinaria una difícil narración en primera persona llena de matices y de hondura. Fue un auténtico éxito en la televisión británica tal y como lo avalan los nueve millones de televidentes en el año del estreno. A partir de entonces, fue un referente al resto de televisiones europeas a la hora de abordar proyectos de calidad. A pesar del paso del tiempo, mantiene su vigencia estética y narrativa todavía muy frescas.
Anthony Andrews renuncia a interpretar el personaje de Charles Ryder, el narrador, pues prefiere la complejidad y la ambivalencia de Sebastian, y el papel finalmente recae en Jeremy Irons, una caracterización que lo lanza al estrellato internacional. Junto a ellos, podemos ver también a actores de la talla de Laurence Olivier o John Gielgud. La serie se rueda en escenarios naturales de Inglaterra e Italia y en los suntuosos interiores de Castle Howard, en el Condado de York. El presupuesto es de cinco millones de libras esterlinas, una barbaridad para la época, aunque una huelga en la ITV pone en peligro el proyecto y la dilación del rodaje obliga a un cambio de director, Charles Sturridge sustituye a Michael Lindsay-Hogg.
La serie fue galardonada en 1982 con el premio a la mejor serie dramática por la British Television Academy, y en 2000 fue incluida en el número 10 de la lista de los 100 mejores programas de la televisión británica elegidos por el British Film Institute.
Vean televisión -de la buena-, no la consuman o serán consumidos por ella. (Y no dejen de leer la novela, antes o después de ver la serie. Es espléndida).