Ya hemos comentado aquí más de una vez cómo cada vez que en la red nuestro ratón hace clic, dibujamos un trazo más de nuestro perfil que los servidores del buscador, de la red social, del correo electrónico… se encargan de guardar y administrar celosamente pues de ahí les va a venir parte del inmenso beneficio que obtienen por darnos un servicio gratis total.
De nuevo, XLSemanal acierta al explicar en breve análisis firmado por F. J. Alonso cómo esta vez es Apple ―pero podría ser Google o Facebook, o Microsoft o cualquier otra empresa― el que nos convierte en producto para vendernos después a las agencias de publicidad. Parece ser que hace unas semanas se abrió una ventanita en la tienda iTunes y otra en Apple Store en la que se les pedía a los clientes que autorizaran a la multinacional a determinar la ubicación geográfica de sus clientes a través del iPhone, el iPad o el Macbook para luego procesar esa información y vendérsela a un tercero.
Si al registrar un iPhone se facilita el nombre y la dirección, al comprar en la red facilitamos el número de la tarjeta de crédito, al navegar por la www mostramos nuestras preferencias y somos localizables minuto a minuto a través del móvil o el ordenador… sólo les queda por conocer nuestros pensamientos.
Todo llegará. Pero, mientras tanto, las empresas de publicidad presionan. Ya hace mucho que la publicidad se construye estudiando a los usuarios. Ahora la novedad es que ya no necesita estudiarnos: somos nosotros mismos quienes les proporcionamos toda la información.
Les advierto que para mí la noticia de la información no es el hecho de que puedan localizarnos, sino el que pidieran autorización para hacerlo.
Utilicen la red, usen la tecnología, no la consuman o serán consumidos por ella.
Coda: El mercado de la publicidad on-line para móviles moverá en el futuro entre 2.000 y 20.000 millones de dólares.
Muy Interesante también este enlace al tema del reconocimiento facial, otra puerta a la identificación de usuarios.
1984 en 2011. ¡Y consentido! ¡Qué miedo!
Santi
Pues, supongo que la razón de que Apple pida esa autorización de localización y nos advierta de su finalidad (vendernos a terceros) tendrá que ver con cumplir las leyes USA relacionadas con la propiedad de sí mismas que tienen las personas en aquel continente. En el fondo me parece lo honesto. Algún reciente, millonario y sonado juicio perdido por infringir alguna multinacional esta garantía que la Constitución de los EE.UU. otorga hasta al último de sus ciudadanos estará en el fondo del asunto y habrá aconsejado a Apple hacer esta vez las cosas así (o sea: bien).
Mientras los datos requeridos sean impersonales, a mí no se me dispara recelo alguno: Hasta en el más mínimo proyecto de inversión, el mercado necesita «conocer el terreno»: dónde radica la población, cuánto , cuándo y cómo se mueve (desplaza), qué media de edad, qué grupos predominantes, cómo se distribuye: por sexo (el «género» es siempre uno: «humano», …..¡jajajaj!), por actividad deportiva, ocio, cultura, etc, etc. Este tipo de estudios del marketing no son nuevos, aunque sean hoy más potentes. Porque son más necesarios.
¿Nuestra geolocalización? ¿La actividad de nuestras comunicaciones? …… : not a problem for me.
¡Cuánto mejor haría en preocuparme por explicarles bien a mis hijos la sustancia gris de la ideología de género, y lo poco que sé de la vida!
José Luis.
Eso mismo hará Facebook. te conocen bien, porque te dejas conocer. Buno, ni que sea superficialmente: nos venderán la moto, la burra, o lo que convenga. Me recuerda a «Minority report», película en que se ve perfectamente que los anuncios son totalmente personalizados.
Este curso, hace unos meses, les mandaba en clase a mis alumnos de 3º ESO que indicaran en qué sitios aparecían sus datos. Estábamos introduciendo el tema de la población y los documentos demográficos, pero tenía curiosidad por ver si se daban cuenta de hasta dónde están siendo controlados.
Varios alumnos se sorprendieron al ver que sus datos (lo más sencillo: nombres, apellidos, correo electrónico) volaban por la red a través de formularios de tiendas, tests, propaganda, juegos online… Uno de ellos, concretamente, rellenó un folio entero de lugares donde se le podía localizar de una forma u otra…
Un saludo.
Me encanta lo que cuentas Negrevernis y ¡cómo lo cuentas! Una delicia.
José Luis
Cómo se ve que tenemos fresca la interesante lectura de 1984 y un Mundo Feliz, Santi.
Quizá miedo no. Miedo nunca. pero preocupación sí, José Luis. Esta posibilidad lo es de personalización y es completamente nueva. Nunca como ahora el marketing ha dispuesto de una herramienta tan potente y tan barata de construcción de perfiles personales. Por eso es necesaria una continua tarea de sensibilización para recordar al usuario que no estamos solos en la intimidad de nuestra casa cuando encendemos el ordenador y que Internet es una vía pública en la que como dice, José, tienes que saber qué quieres que se sepa y qué no. Recuerdo que lo escalofriante de Minority Report, no era el poder averiguar el crimen futuro, sino el control absoluto de los individuos a partir del reconocimiento facial.
Por eso es interesante y utilísima pedagógicamente la experiencia de Negrevernis en clase.
Un saludo a todos.