En una información de EFE firmada por Fernando Mexía y publicada en Libertad Digital, se anuncia la intención de todos los grandes estudios ―excepto Disney― de incorporarse a la Red con un servicio único de descarga de películas de pago denominado UltraViolet.
No es probable: a muchos usuarios nos gusta comprar cine y televisión enlatados. Quizá seamos de otra generación, de otra galaxia, pero sí: nos gusta pagar aquello que queremos consumir porque hemos contrastado que estamos comprando talento y tiempo de otros y ese intercambio económico nos parece justo y normal.
Más difícil lo van a tener los pocos videoclubs que todavía aguantan el tirón con establecimientos físicos abiertos si no se adaptan al nuevo mercado convirtiéndose en servidores cinematográficos o especializando mucho más sus catálogos.
En el proyecto están todos los que son ―Fox, Paramount, Sony, Universal y Warner junto a los gigantes Microsoft, IBM, Nokia, Intel, Motorola o Samsung―, pero no son todos los que están: Disney y su accionista Apple van por libre con un proyecto llamado Keychest de similares características.
No se trata de comprar contenidos concretos, sino una licencia para acceder de por vida a los contenidos que están en la nube. Podremos así descargar las películas, almacenarlas en el soporte que queramos y hacer copias sin coste adicional y sin conflictos con la SGAE…
Como siempre, no sabemos cuándo llegará este sistema a Europa. Verá la luz a mediados de este año, primero en Estados Unidos y después en Reino Unido y Canadá, sin que se sepa aún cuándo estará disponible en otros países.
Mientras sean oportunidades de acceso libre, ordenado y razonablemente pagadas, bienvenidas sean. A algunos nos gusta pagar lo que consumimos.