Dos sacerdotes fueron asesinados en la catedral siríaca católica en Bagdad poco después de empezar la misa dominical el 31 de octubre 2010El padre Rafael Alkotaily está en el hospital gravemente herido. Hubo 63 muertos y 120 heridos más.

El grupo de avanzada de Al-Qaida en Iraq amenazó más violencia contra los cristianos, afirmando que no levantará «la espada mortífera» de sus cuellos. La advertencia del Estado Islámico de Iraq de desatar mayor violencia contra los cristianos tiene lugar dos días después de que el grupo atacara la iglesia católica en el centro de Bagdad, en el ataque más mortífero jamás registrado contra los cristianos en ese país. «Abriremos sobre ellos las puertas de la destrucción y desataremos ríos de sangre», amenazó el grupo insurgente en una declaración cargada el martes por la noche en cibersitios de milicianos. El Estado Islámico de Iraq, un grupo que engloba a Al-Qaida en Iraq y otras facciones suníes insurgentes, agregó que ha expirado su plazo para que la Iglesia copta cristiana en Egipto ponga en libertad a las musulmanas que los milicianos dicen que están cautivas. «Como consecuencia, todos los centros, organizaciones e instituciones cristianas, líderes y feligreses, son blancos legítimos para los mujaidines donde puedan encontrarlos», dijo el grupo. La declaración no especificó ningún sitio.






Por este drama, los medios occidentales han pasado de puntillas. La opinión pública no opina nada. El ruido informativo nos conduce a la indiferencia. El silencio informativo a la ignorancia.
Que este testimonio gráfico nos remueva la conciencia, nos dé un más exacto conocimiento del mundo y, a los que tenemos fe, nos mueva a la oración. Son nuevos mártires.