Siempre es bueno conocer mejor aquello que se utiliza a menudo. Quesabesde.com nos propone en uno de sus enlaces varios reportajes que ha realizado la revista Time en los que se nos presentan diversas aproximaciones a distintas caras del fenómeno Facebook.
Son varios los reportajes realizados todos ellos por el fotógrafo Martin Schoeller al que han dado carta blanca para introducirse en la empresa y fotografiarla desde distintos ángulos.
Primero la cara más conocida de su creador Mark Zuckerberg:
Después la cara más física y oculta de la criatura: unas cuantas fotos del servidor de Facebook y sus circuitos en Santa Clara, California, donde tienen lugar continuamente los millones de encuentros virtuales de los usuarios:
Los segundos de a bordo: Sheryl Sandberg; jefa de operaciones y Bret Taylor, Jefe de la sección tecnológica:
El jefe y su equipo: Chamath Palihapitya, vicepresidente de expansión, móvil e internacional; el jefe; Mike Schroepfer, vicepresidente de ingeniería; Jonathan Heiliger, vicepresidente de operaciones técnicas; Chris Cox, vicepresidente de producto:
Una de la tropa: varios operarios en la sede de Palo Alto, en Silicon Valley, California:
Por último, algunos de nosotros, los usuarios, que somos los que finalmente construimos y sostenemos, como expresa muy bien este mosaico, la cara de Facebook y su creador:
Mosaic by Joe Zeff Design; Tony Avelar / Bloomberg / Getty Images
Me parece señalable le idea retratística de Martín Schoeller que, como suele pasar en el arte, no es nueva en absoluto, pero tiene un sello de autor incuestionable.
Retratar a los modelos en rigurosa frontalidad a la cámara, incluyendo la mirada al objetivo, es algo que en la historia de la fotografía tiene su máximo exponente en el fotógrafo alemán August Sander y su trabajo «Hombres del siglo XX», realizado durante la república de Weimar, en los años 20 de la pasada centuria que, por cierto, invito a que conozcan los lectores.
Se teorizó largamente sobre si la frontalidad y la mirada directa a la óptica de la cámara, lograba capturar mejor que ninguna otra opción «el alma» del retratado. Una diferencia esencial entre Sander y Schoeller es la distinta escala del plano utilizado. Sander, como gran maestro, la varía y adapta a las posibilidades plásticas y de significado de sus modelos. Schoeller, fija la escala de sus retratos a la de «primer plano» para reforzar el carácter identificativo (tal vez, mejor, identitario) de sus retratados. Con palabras llanas: parece hacer fotos «de carnet» o de DNI.
A mi entender, Schoeller no busca tanto la identidad (el alma) de los modelos que vemos en el post cuanto reforzar su condición de «superioridad». Son personas «importantísimas» si se piensa que son los factores de ese milagro humano que es internet, parece ser su planteamiento fotográfico.
José Luis
P.D.: August Sander, en la obra antes citada, se propone confeccionar una especie de catálogo tipológico de los alemanes de su época. Para ello establece siete grupos de ciudadanos: «campesinos, comerciantes, mujeres, clases y profesiones, la ciudad y el pasado (los sin hogar, veteranos de guerra, …)» (Wikipedia).
Cómo no, el nacionalsocialismo quiso aprovechar su trabajo para sus objetivos racistas. En todo caso, es una obra bellísima que contiene espléndidos retratos.
Fantástico comentario, José Luis. Gracias.
Faltaría más. De nada, Pepe.