En una carta publicada en el XLSemanal, Cristina Fernández se queja de que para otro lector fuera un acierto el reportaje fotográfico que le hacen a Luis García Berlanga justo antes de su muerte, por el hecho de que las fotos oculten por «pudor y elegancia» la silla de ruedas que el cineasta utiliza en razón de su enfermedad. «Me siento dolida, pues yo utilizo silla de ruedas desde hace 20 años y no la considero, en absoluto, ni impúdica ni poco elegante; simplemente es una ayuda imprescindible para sobrellevar mi enfermedad».
Los supuestos pudor y elegancia de que hace gala el fotógrafo en el reportaje es recurrente en los medios de comunicación. De forma habitual, el casting de personas y personajes que seleccionan para formar parte del Medioambiente Simbólico y, por tanto, de nuestro imaginario, no incluye las minusvalías. Y no porque sean minoritarias en la sociedad, sino porque estropearían la foto, destrozarían el brillante glamour de las lentejuelas, harían pedazos, en definitiva, la realidad plastificada que habitualmente nos ofrecen. De hecho cuando aparecen, suelen hacerlo convertidas en bufones de adorno de lo que sucede en la pista de circo de los platós en una especie de frikismo esperpéntico de la deformidad.
La violencia, los desastres, las hambrunas, los accidentes, la miseria, los asuntos de juzgado de guardia forman parte del espectáculo diario que constituye gran parte de la construcción mediática y para ellos no hay ni pudor ni elegancia. Pero la minusvalía es una realidad que recuerda demasiado el imponderable, común y cotidiano de la vida diaria. Esfuerzo, sacrificio, solidaridad, normalidad,… no caben en el formato mediático.
No salen en la foto y, por tanto, no existen. Ni pudor, ni elegancia. Puro casting selectivo y censor.
Vean televisión, no la consuman o serán consumidos por ella.
llevo 10 meses paseando a mi madre en una silla de ruedas, paseandola con la cabeza bien alta y orgullosa de acompañarla tambien en esta dura etapa de su vida …pero que cruda es la vida,,pero es lo que hay y pa lante….
Bienvenida al Blog, Itziar, y gracias por tu comentario. Siento lo de tu madre. Dale recuerdos.
Es en eso que dices lo que en el Blog insistimos una y otra vez. La tele, los medios, no reflejan la realidad, huyen de ella, porque finalmente sólo están al servicio del consumo. Incluso la ficción y el entretenimiento no debían estar al servicio de la evasión sino del enriquecimiento de lo real desde otra perspectiva.
Me cuesta entender tanto pudor a la hora de mostrar nuestra debilidad. Creo que la única manera transparente y real de relacionarnos y de vivir es desde la verdad que somos. Nos creamos un personaje falso, que responde a una imagen de lo que nos gustaría ser, y desde esa falsedad nos movemos. Nuestra verdad es que somos frágiles ¡por suerte! y probablemnte en esa fragilidad encontremos lo mejor de nosotros mismos…
«…desde la verdad que somos». No se puede expresar mejor. Y De ahí la dificultad de moverse en este medioambiente simbólico que nos propone continuamente como metas ficciones de nosotros mismos. Magnífico comentario. Gracias, Pilar y bienvenida al Blog.
Eso, eso …… con lo divertidas que son «nuestras verdades» ….. En el fondo, no hay nada más aburrido que el engaño y ¡sobre todo! el autoengaño.
José Luis