La cultura-mundo es economía, se alimenta de la infelicidad individual que nutre el crecimiento económico. La cultura se elige en las tiendas, se compra como una hamburguesa, se consume como un DVD, se cambia con la misma rapidez.
En la cultura-mundo el arte sobrevive como pasatiempo, como industria de la diversión, el número reemplaza el saber —tantos clics, tanto vales—, la cantidad garantiza lo bello, lo bueno y lo verdadero, la masa nunca se equivoca, el arte vale lo que indica su precio.
La cultura-mundo es individualista, se pliega sobre el individuo que ya no forma una comunidad, sino un conjunto uniforme de individuos atomizados.
P.S.: os recordamos que disponéis del extracto literal de la obra El Occidente Globalizado, aquí.
Sigo estando de acuerdo. Necesito decir, sin embargo, que estoy de acuerdo sí y sólo sí lo que se describe es una cultura-mundo «modelo-para-la-crítica» aplicable a un supuesto mundo ya globalizado hasta el último de sus rincones.
José Luis
veo que sigues en el rincón del mundo todavía virgen del que hablabais el otro día. Interesante
Así es, verbum, pero ya no me queda ¡ná! para volver al occidente. Y no quiero irrrrrrrr…
Cuando yo era pequeño, masticábamos tiza para tener fiebre y no ir al cole. Puedes probar. Claro que ahora a lo mejor te pasa como en el chiste y resulta que eres el Director. Ánimo y buen viaje
Veo que habéis estado en animada charla.
Ánimo, José Luis, hay que afrontar la vuelta con optimismo. Es cambiar un medioambiente por otro. Intentaremos que el de aquí sea cada vez mas como el de allí