Montse Doval en su Internet Política1 nos proporciona una noticia que no parece haya tenido demasiado eco en el medioambiente simbólico, pero que es extraordinariamente significativa como dato para entender lo que está pasando.
«El día 5 de agosto, The Washington Post anunció que la propiedad del medio, durante décadas en la familia Meyer-Graham, (desde 1971 sólo en parte, ya que la mayoría cotizaba en Bolsa) pasaba a manos de Jeff Bezos, el fundador y dueño de Amazon.»
Siempre es bueno saber quién está detrás de la propiedad de un medio. El hecho de que una empresa tecnológica, de internet, sea en este caso la compradora nos indica dos cosas. Una de perogrullo, pero que se olvida tan fácilmente como fácil es el uso tecnológico: las empresas de servicios de la red que utilizamos «gratuitamente» son empresas que obtienen unos ingresos astronómicos de los usuarios, que no pagamos por utilizarlas, a través de la publicidad personalizada y la utilización de los datos que les proporcionamos con cada clic de nuestro ratón o de cada caricia digital en la pantalla de nuestros móviles; no son ONGs. En segundo lugar, nos indica una tendencia preocupante: estas enmpresas cada vez son más grandes, más poderosas, menos transparentes y más difíciles de controlar y si además de comerciar con nuestra información ahora se convierten en dueñas y cradoras de la información misma, caminamos a la existencia de grandes y nuevos monopolios informativos que no sólo nos van a trasladar su visión del mundo, sino que lo pueden hacer de manera personalizada porque nos conocen cada vez mejor.
No dejéis de leer la breve crónica que Doval hace de la noticia y los cinco puntos de reflexión que se plantea, especialmente el número cinco con sus enlaces correspondientes.
He recuperado el uso de mi viejo y amado IMac 20″ (amado exclusivamente por su pantalla ¡mate! ideal para ver mis fotos y sólo a ellas, no mi silueta ni los muebles de mi estancia como sucedía hasta ahora en mi bastardo PC portátil de pantalla brillante-espejo) y algo debe faltarle al pobre (anciano él con sus 10 años de vida ¡ya!) porque no puedo abrir la breve crónica de Doval. A ver si el novio de mi hija se apiada de mí y me instala pronto las apps precisas al caso.
Conste, y me gusta hacerlo constar, que en mi caso NO PASÓ INADVERTIDA LA COMPRA DEL W.POST. Llamó mi atención lo que me pareció un precio de compra bajísimo tratándose de semejante cabecera. Item más cuando quien la compraba era el propietario del imperio Amazon. Traduje el importe a fichajes de futbolistas y no me salía ni un equipo entero de nuestra liga BBVA. Entiendo acertadas las reflexiones que nos ofreces, Pepe: más poder, más concentrado y sobre dos medios que se refuerzan tecnológicamente, necesariamente derivará en una información más «personalizada», más fácil de consumir, más alienante ¡aún!
José Luis
Tienes a Montse Doval en el botón del blog denominado Medioambiente periodístico en la red. Inténtalo por ahí a ver.
Enhorabuena por la recuperación del Mackie.