«Electrodoméstico ideológico» le llama Margarita Riviére advirtiéndonos que es una equivocación sentarnos desarmados ante el televisor como si fuera una diversión inocua, un entretenimiento inocente, porque tras tanta risa, golpe, frivolidad y colorín, hay mucha ideología. Que no es sólo un riesgo de reblandecimiento el que corre nuestro cerebro, sino que la tele y sus programas son propuestas ideológicas que no tienen sólo un formato de informativo proclive a determinados enfoques más o menos sectarios, sino que, al contrario, se disfrazan de ocio a través del relato y la ficción ante el que nuestras defensas racionales se sitúan bajo mínimos.
Puede ser esa la idea de Lolo Rico cuando ve la TV como una fábrica de mentiras : una factoría de estereotipos, de manipulaciones, de descontextualizaciones, de tópicos anti educativos, que en vez de incentivar nuestro sentido crítico, anestesian nuestra sensibilidad ante la injusticia produciendo, una vez más, la extensión del pensamiento débil y la parálisis social de lo políticamente correcto. Y ella conoce bien el medio porque lo ha vivido desde dentro.
Vean televisión, no la consuman o serán consumidos por ella.
Efectivamente, no es una diversión inocente. Muchos de los programas que vemos como puro entretenimiento, no lo son en absoluto, más bien resulta algo perverso, pues nos hacen ver una realidad que no existe en el dia a dia que vivimos. Tratan de convertirnos en marionetas para así poder guiarnos hacia donde quieran llevarnos. Sólo con unos valores fuertes y firmes podremos seguir adelante.
Gracias por este blog y a todos los que han hecho posible, que exista. !ANIMO Y ADELANTE!
Una dificultad con la que tropezamos una y otra vez los que nos preocupamos de reflexionar en torno a la ecología de la mirada con la ilusión puesta en conseguir un MEDIO AMBIENTE SIMBÓLICO de mayor calidad –menos polucionado, más crítico, más sostenible- viene del lado de las citas de autores y estudios que utilizamos.
Es verdad que, por lo general, tomamos citas de obras de ensayo en las que sus autores analizan el fenómeno de la comunicación mediática (en mayor medida de la televisiva) y hay que entender bien, que un trabajo de análisis sobre esta temática sólo puede ser parcial.
Me explico: nunca he leído un ensayo sobre la televisión, cuyo propósito sea reflexionar acerca de si la televisión es algo bueno o es algo malo. No. Más bien, los autores parten de uno de los dos supuestos (mayoritariamente del que sospecha que la televisión es algo malo). Y desde luego, al contrario de la imparcialidad que muchos “intelectuales” manifiestan en sus intervenciones públicas, jamás hasta el presente, he leído ningún ensayo sobre este medio de comunicación que sostenga de partida que “LA TELEVISIÓN NO ES NADA: NI BUENA, NI MALA. SOMOS LOS ESPECTADORES LOS QUE LA USAMOS BIEN O MAL”.
No pocos docentes, escritores, ponentes, conferenciantes, contertulios, expertos, etc, etc, como fruto de un profundo trabajo de reflexión, concluyen, incluso: que para eso tenemos la libertad de apagar el dispositivo o de cambiar de canal.
Retomo la dificultad aludida al principio. Es cierto que muchas “citas” traídas a estas páginas, así como las reflexiones a que dan lugar y su desarrollo escrito, “pueden parecer” muy extremistas para un cierto número de lectores. Y ello constituye, para nosotros, “una” de las dificultades que tenemos que superar.
A nuestros lectores les diría que paciencia, que no nos resuman a la primera de cambio y dejen de leernos si en alguna ocasión difieren con algún contenido y les podemos parecer apocalípticos, extremistas, “enemigos” de la televisión y los medios,…… ¡No, por favor! Antes bien, sería estupendo que incorporaran su opinión, sus argumentos, su crítica, en las páginas de este blog. A todos nos enriquecerían más sus palabras, que su silencio.
Mientras tanto, será bueno que sigamos alimentándonos de quienes han pensado profundamente en el fenómeno mediático, aunque el fruto de sus reflexiones les “parezca” a muchos anclado, fundamentalista y poco o nada “moderno”.
Entiendo que sólo quien intenta traspasar con el pensamiento los límites de algo, puede obtener idea de su dimensión. Cuando ni siquiera se ha iniciado ese ejercicio y se habla sobre lo que no se conoce, es fácil decir muchos estupideces. La mayor y más oída de todas: “Esto es así porque a mí me lo parece”………. ¡ sin haber pensado un sólo instante sobre ello !!!!!
Empiezo a pensar que el llamado pensamiento débil, consistir en no pensar nada de manera personal, en vivir una dulce y relajada parasitación de “lo que hay”, “lo que nos dicen”, “lo que se lleva”.
Pensamiento o despersonalización. No hay otra.
Ah! Muy bien Maite. Me gusta lo que dices. ¡Gracias!