La Pantalla Global, Cultura mediática y cine en la era hipermoderna, Gilles Lipovetsky, Jean Serrooy, Anagrama, Barcelona 2009
(IV)
Llenar el ojo. Sí. Enseñarlo todo y verlo todo. Es el reino de lo obvio de la imagen, pero también del lenguaje que acaba en la obviedad de la vulgaridad. De nuevo la derrota del intelecto frente a lo puramente sensitivo. Se terminó el arte de la elipsis y la sugerencia. Ver todas las imágenes para acabar siendo incapaz de imaginar ninguna.
«Estamos en los tiempos de la democratización, la legitimación, la proliferación del sexo duro. … la industria del porno estadounidense produce unas 10.000 películas al año con un beneficio mayor que la producción hollywoodense. […] No es ya la transgresión, sino la exacerbación pura e ilimitada de los órganos y de las combinaciones eróticas. Exclusión radical del sentido, de la afectividad, de lo relacional: sólo queda lo híper. El ensañamiento del enseñarlo todo y verlo todo. […] Pero no sólo en el porno… cualquier película de gran público que se precie tiene su escena de sexo y orgasmo en primer plano. (Pág. 91)
El exceso hipermoderno … se apodera incluso del lenguaje. No sólo se enseña todo, sino que además se dice todo. Por igual en la precisión casi científica de los diálogos y en su vulgaridad cruda y obscena. […] Se acabó lo sugerido e incluso lo sugestivo: estamos en la exposición de todo, a veces en el exhibicionismo puro. El sexo, en realidad, se ha convertido en un lenguaje que se ha integrado en el cine actual. (Pág. 92)
El exceso ya no se siente realmente como exceso. Se ha asimilado y normalizado (Pág. 93)
[De nuevo]La imagen-sensación derrota a la imagen-intelección. (Pág. 104)