Ana Frontaura, psicóloga de Gaudium:

1. Retrasar, integrar, controlar, acordar.

«No se trata de meter al niño en una burbuja o convertirse en padre-policía. La clave está en integrar las tecnologías  en la vida diaria de la familia. Primero, abriendo los padres una cuenta y trasteando por las redes sociales, porque el conocimiento tranquiliza bastante. Segundo, controlando –y retrasando lo más posible– el acceso a ellas de los chavales y chavalas, pero sin prohibírselas, pues les crearía una ansiedad mucho mayor. Y tercero, alcanzando algún tipo de contrato con los hijos para compartir las claves de acceso, limitar los contactos a personas ya conocidas y evitar subir fotos que permitan identificar o localizar al menor».

2. Inconsciencia en chavales y en adultos:

«Los chavales no suelen ser conscientes de que colgar fotos de su colegio o anunciar una fiesta en casa mientras sus padres están fuera puede implicar riesgos de seguridad. No es la primera vez que tales datos han facilitado un robo domiciliario en vacaciones. Te dirán que eso pasa en las pelis, pero no a mí… Hasta que a alguno le pasa. Es sorprendente también la cantidad de gente adulta con perfiles abiertos y fotografías de sus hijos y su domicilio. Y aunque en el 99% de casos nunca ocurre nada, es como si se dejaran abiertas siempre las ventanillas del coche». «No es lo mismo colgar tu vida en Internet que compartir fotos, vídeos y otras cosas con gente de confianza».

3. Obsesión, sobreexigencia, dependencia, adicción: «el empeño de ser amigo de todo el mundo, aunque sean amistades de superficie que nada significan. La sobreexigencia de actualizar contenidos a diario que obliga a sacar tiempo de otras cosas y crea muchísima dependencia y puede abocar a un trastorno adictivo».

4. Ejemplo de los adultos: «Educar con el ejemplo: también los adultos usan mal las nuevas tecnologías, cometiendo los mismos errores que sus hijos».

Antonio Peiró del Sindicato de periodistas de Madrid: ruido y trivialidad:

«el ruido ensordecedor se impone y las escasas ideas sustanciales se pierden en un océano de anécdotas como las más de 40 millones de visitas para ver cómo se asusta un panda por el estornudo de su cría. La desmovilización social de millones de individuos agazapados delante de sus pantallas”.

Pascual Serrano, autor del El periodismo es noticia. Tendencias sobre comunicación en el siglo XXI: Confusión y parálisis: «hay una eclosión de propuestas de falsa participación que está convirtiéndose en un impresionante sistema de distracción de la movilización. La saturación que produce la veintena de campañas de recogidas de firmas que te pueden llegar cada día. La satisfacción de descubrir nuestro potencial de difusión puede llevarnos a la parálisis del resto de nuestros ámbitos humanos de organización y compromiso».

Referencias

La sociedad enredada