El post de ayer lo encabezaba un dibujo de El Roto. Dibujo, que no chiste. El Roto no hace chistes: dibuja sentencias. Su crítica del medioambiente simbólico es feroz e implacable. Inapelable. La pantalla de la tele se hace añicos. La prensa, trizas.La opinión pública, pedazos. Desde su mismo nombre, el humor de EL Roto es mal humor de excelente calidady hondura. Sus dibujos en blanco y negro, duros como clavos con los que casi siempre acierta en la diana, son como esquelas que te parten el alma, te hielan la sonrisa, te abofetean. Es un humor que duele. Sin concesiones, sin ternura, ni piedad, ni misericordia: sólo espinas. Brevedad, concisión, economía, austeridad absoluta.


Vean televisión, no la consuman o serán consumidos por ella.
Exacto e ¡ im-pre-sio-nan-te !
Niño.- Hoy es el día del padre.
Padre.- Vale, voy a felicitar al televisor.
«Nuevos avances científicos:
medicamentos para sanos».
NEUROCIRUGÍA DE ÚLTIMA GENERACIÓN
Y otros pensamos el uso de los media,
apoyándonos en muletas estadísticas,
informes de uso e incidencia,
perfiles de usarios,
agudos ensayos de agudos intelectuales,
y demás instrumental … ¿obsoleto?
Todos los recursos son necesarios, sí,
pero ¿sirven para tanto? ¿para qué?
Si estos y otros dibujos de mal humor
pero amable inteligencia, inapelables,
certeras cervatanas directas al hígado, a la metabolización de los «nutrientes» mediáticos, aparecieran en la prensa general, la televisión,
las vallas publicitarias, ¡los textos escolares! …..
Empezaría a soñar en la recuperación
del enfermo, como una posibilidad real.
Son una demostración de que la verdad
aunque se muestre cruda, descarnadamente,
siempre es recibida por los seres humanos
con simpatía, con agradecimiento. ¿Cómo no?
¡si nos rescata del pozo de cinismo y tibieza
medioambientales al que nos habían arrojado!
¡Bravísimo por «el roto»! Bises, por favor.
José Luis Rodríguez.