Pedro nos envía este interesante artículo de Nacho Gay en El Confidencial.com sobre algunos aspectos clave de la regulación de las televisiones. Me pide Pedro que nos fijemos en algunos de los jugosos comentarios que lo acompañan. Resumo el artículo y reproduzco algunos de sus comentarios.
Otra oportunidad perdida de poner cerco al circo televisivo
El gobierno acaba de renovar las concesiones para seguir ofreciendo televisión a Telecinco, Antena· y Sogecable . Una renovación que tendrá una duración ilimitada pues, aunque según la nueva Ley General de la Comunicación Audiovisual el periodo es de 15 años, se establece también que se renovará automáticamente. El poder que tenía el Gobierno hasta ahora para presionar a las televisiones en la mejora de contenidos, si bien hasta ahora nunca lo había utilizado, ahora ha desaparecido.
Y eso a pesar de que ninguna cadena ha respetado las exigencias mínimas que se plantearon inicialmente para ser concesionarias de la TDT como «emitir una programación novedosa , innovadora y diferenciada» (sic). De este modo ni se ha hecho nada antes, ni se hará nada ahora con la ley como herramienta, ni con la actual ni con la que está por venir. Fuera del horario de protección reforzada que queda ahora protegido por la Ley, las cadenas podrán seguir haciendo lo que quieran.
España es el único país europeo que no cuenta con un organismo de control independiente y estatal. En cuanto al Consejo Estatal de Medios Audiovisuales que prevé la nueva Ley, no será independiente en primer lugar y, si nos atenemos al funcionamiento de los autonómicos existentes, no podemos esperar nada de nada porque aquí seguimos pensando que la libertad de expresión sigue siendo puerta para todo. Tendrán que pasar cien años para que los cuarenta de dictadura no sean una losa que nos impide hasta hoy aplicar la ley sin complejos.
Comentarios:
–Otra vez el Sr. Nacho como siempre, deseando de nuevo la censura para lo que no le gusta. Este hombre no se entera, que ya hay muchos canales y que cada uno puede elegir ver lo que quiera.
Que no somos idiotas, que aunque un programa no aporte gran cosa, mientras entretenga ya va bien para muchos. Que si tienes niños pequenos, pon la 2 que es la mejor con dibujos, si te gustan los deportes la 6 u otra que habrá, que si quieres noticias 24horas y si te gustan las pelis la 1, por poner ejemplos.
Que manía con no dejar elegir, sino imponer.
–¿ Es verdad que la Asociación Española de Prostíbulos está preparando una querella contra la Cinco y otras cadenas de TV por competencia desleal?.
Dudoso éxito van a tener: «¡El Alcahuete [ y la alcahueta, más, que diría la Bibi Aido ] unido, jamás será vencido !»
–Yo ya he hecho como otros amigos me comentaron: he quitado Telecinco del sintonizador. En mi casa no se ve desde hace unos 3 años.
No obstante en otras cadenas, en Internet y hasta en noticias uno encuentra algo de lo que allí pasan y quieras o no acabas viendo algo.
Yo en realidad veo muy poca TV pero esa cadena la evito. Ya lo he dicho en alguna ocasión, si reclamamos por falta de respeto, cultura, saber expresar ideas y un vacío que se percibe en la juventud, en muy gran medida se explica con Telecinco. Concursos a mi parecer estúpidos, noticias que no lo son, autobombo, debates irrespetuosos… zafiedad aunque con un brillantísimo envoltorio.Telecinco creo que ha hecho y hace un daño enorme. No soy de los medios, creo firmemente en la libertad de expresión, pero no acepto que me ofrezcan una «tarta» de malos ingredientes con una presentación excelente y tenga yo de que decir que es algo bueno y saludable.
–Pero que pasa, que os obligan a ver Telecinco? 4# sabe más de la TV que yo [algunas veces la veo] No hace falta quitar Telecinco del sintonizador. No le des al dedito y ya está. Soy muy mayor y ya viví toda la censura que me correspondía, ahora quiero que me dejen en PAZ. No se olviden de que tienen la 2….!Ah! y pueden leer los clásicos pero por favor LECCIONES NO
–Totalmente de acuerdo con el artículo. Nada tiene que ver la censura con la exigencia de que se respete la ley por la cual se concede el servicio a unas empresas cuyo principal fin [en algunas no es el único] es ganar dinero. No se respetaba los porcentajes de publicidad, no se respetaban horarios infantiles. ¿no vamos a censurar? Muy bien, pues a las diez de la noche porno en la cuatro, casino on line en la cinco y cámara oculta en el baño de señoras en la seis. Declaraciones de desconocidos acusando de ladrón o heroinómano o lo que sea a cualquier famoso y peleas de chicas en el barro. Tele niños para pederastas en horario de madrugada.
Si no se quiere controlar nada mejor eliminar la ley y que todo el que quiera ponga una cadena y emita lo que le dé la gana. Me parece mejor que hacer una ley para no cumplirla, cosa que como ocurre tanto en España parece normal.
Vean televisión, no la consuman o serán consumidos por ella
Decía hace unos días Alejo Vidal-Quadras que España, en estos momentos, vive sumida en una profunda desorientación moral, en la que se ha adueñado el relativismo moral según el cual los valores éticos son patrimonio individual y subjetivo de cada uno.
Y quizá lo más peligroso es que ese relativismo se enarbola bajo la bandera de la libertad. Eso es lo que refleja alguno de los comentarios que atinadamente reproduces. Añadía Vidal que a ese ambiente de relajación moral han contribuido numerosos ámbitos sociales; y desde luego, los medios están, en ese sentido, en el centro del problema (por no entrar en el eterno debate de si las familias están retrocediendo en su función educativa, limitándose a la labor subvencionadora).
Y todo porque no se tiene claro que los medios, las pantallas, son potentísmos transmisores de valores éticos, de ideas; y educar es, simplemente hacer que el educando asuma esos valores (los que sea)para que adapte a ellos su conducta. La televisión educa, el problema es que estudios como el del TAC, hacen explícitos en qué valores está educando la televisión.
Lo grave será la esquizofrenia (esquizós=separación)a la que sometemos a nuestros niños y jóvenes: frente a la ética de los medios, la ética familiar (distinta a la anterior) y la ética de la escuela (seguramente distinta a las dos anteriores).
Lean los responsables de las productoras, de las televisiones, a Adela Cortina, lean este blog de Pepe Boza o acérquense a los análisis del TAC de Cataluña.
Al final, quizá, la respuesta sea la movilización y el compromiso social.
Para “egil”:
Me parece perfecto que defienda usted la ausencia de censura en la televisión, pero hágalo con argumentos propios, con reflexión, con inteligencia acorde a la que por su edad debiera mostrar. No hable de “muchos”, hable de usted. ¿Es usted uno de los muchos que aunque un programa de televisión no le aporte gran cosa, mientras le entretenga ya va bien la cosa, es decir, se lo “traga”? ¿Sí? Pues muy bien. Eso mismo es lo que piensa mi hija pequeña, por ejemplo. Pero el señor Nacho Gay piensa otra cosa y la expone. Así de sencillo. Si usted quiere exponer su desacuerdo con lo que el Sr. Nacho Gay ha dicho hágalo con argumentos, pero no me haga, por favor, el psicoanálisis del articulista. Es que es muy desagradable leer cosas escritas con poca educación.
Por cierto: ¿y si el que no entera de lo que dice Nacho Gay fuera usted?
Para ringo:
«No hace falta quitar Telecinco del sintonizador. No le des al dedito y ya está». ….. «No se olviden de que tienen la 2….!Ah! y pueden leer los clásicos pero por favor LECCIONES NO
Y ¿porqué las das tú?
Para hiram:
já, já, y já. No me ha hecho ninguna gracia su AEP
Para observador:
Gracias por su sugerencia, no se me había ocurrido y es el huevo de Colón. Mucho mejor anular las cadenas que uno quiere, que «no darle al dedito».
Hay que ver qué cantidad de «conceptos» tenemos que usar hoy en día para hablar de cuestiones relativas a la moral. Es como si hablábaramos «pisando huevos» para no molestar a nadie, para ser aceptados por todos. La consecuencia es que no sabemos bien lo que decimos. Y en este paisaje me alivia y encanta ver cómo la Lengua (respetada o no) permanece viva e inmutable a la vez. Viva porque «se deja hacer» por todos; inmutable porque a todos exige lo mismo.
El lenguaje deviene en Lengua y ésta arbitra luego al lenguaje. También dirime la coherencia del discurso, del pensamiento, y cumple otras muchas funciones verdaderamente «mágicas».
Este tiempo y este ámbito social en el que nos ha tocado vivir está desorientado, de ello no hay duda. Sólo la Lengua tiene capacidad para reorientarlo. Por eso, conscientes o no de su poder de «fijeza» y «verdad», es atacada del único modo posible: usándola mal, enseñando a usarla de cualquier manera, es decir, no dándole la menor importancia a la corrección de su uso, dejándola de enseñar, escondiéndola, ocultando sus hitos, discriminando un uso determinado, …….
Vanos intentos. Las palabras que constituyen la Lengua, han sido limpiadas, fijadas y, además, dan esplendor, es decir, Luz, es decir, Verdad. La palabra, como nos pasaba con la música, proviene de una capacidad, de un don que nos fue dado. Esto quiere decir que la palabra nos preexistía y que al sernos dada comparte entidad con nuestro ser. ¿Qué puede significar si no la revelación: «En el principio fue el Verbo»? Todo se entiende mejor si pensamos que, luego, el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, o de igual manera, que somos Palabra encarnada. (Esto lo han escrito con idéntico sentido innumerables poetas. Creyentes y ateos).
Debiéramos legislar sobre el respeto a la Lengua; la perfección de su enseñanza; las faltas, delitos y crímenes contra contra su entidad –la nuestra–. Propiciar el amor hacia a las palabras que usamos en el lenguaje y al lenguaje mismo. Respetarnos no hablándonos de cualquier modo.
Tal vez así –la última «palabra» la tendrán siempre los hombres y sus cuitas– se construyera un ámbito de inteligencia –de bondad– generador de los mejores acuerdos, leyes, éticas, educaciones, conductas, …….
Mientras tanto y en todo caso, lo primero que cabe hacer es convertirnos cada día a la verdad. Cada día un poco más.
Promulgar leyes para no cumplirlas y no hacerlas cumplir, indica un nulo respeto por la palabra. Como nos dice cayosuetonio, para eso, mejor no hacerlas. Ni crear organismos de control «independientes» del poder, ni …….
Que los medios están en el centro del problema de esa esquizofrenia a la que aludes es el mensaje que machaconamente queremos hacer llegar desde la Asociación. No es un problema de acotar libertades. Es la urgente necesidad de definir qué está pasando, de diagnosticar esa esquizofrenia y de ponerle remedio aunque para ello haya que poner puertas al campo. Puede que parezca imposible, pero nada lo es cuando está en juego la tan traída y llevada educación de la tribu por la tribu. Es cuestión de aceptar que el problema existe y de señalar cuál es. Lo demás vendrá por añadidura. Tener claro que los medios, las pantallas, son potentísmos transmisores de valores éticos, de ideas; y educar es, simplemente hacer que el educando asuma esos valores (los que sea)para que adapte a ellos su conducta. Tener claro exactamente eso. ¿ES TAN DIFÍCIL?
José Luis: es mejor que para comentar los comentarios vayas a la página de El Confidencial.com. Aquí no te van a leer los remitentes. Y aquí los comentarios estaban para que se comentaran a sí mismos.
Ya, ya. Es lo lógico. Pero no he querido hacerlo porque no me interesa polemizar con estas personas «cuerpo a cuerpo». He elegido el diferido de este espacio a idea. En todo caso, te agradezco la recomendación.
Soy pesimista activo en cuanto a la utilidad de diagnosticar la esquizofrenia (la división, gracias Pedro) que procuran los medios, porque la esquizofrenia aún no tiene cura, sólo tratamiento, y aún así, el paciente tiene que colaborar muchísimo. No todos pueden hacerlo.Sólo unos pocos, poquísimos. Y los «factores» del desaguisado aún¡muchísimo más! pero no quieren ocuparse de sanar a la población enfermada por su causa (tendrían que cerrar la transmisión, la empresa) si no de lo contrario. Cuanto más enfermo esté el televidente más barato les sale entretenerlo, hacerlo adiccto, atraparlo para sí. Es la lógica de los medios.
Claro que no es nada difícil darse cuenta de la potencia de transmisión de valores de los medios, de las pantallas, pero una vez no hemos dado cuenta: ¿qué hacemos? La televisión seguirá cumpliendo (en la mayor parte de los casos muy mal, incluso sensu contrario) con sus clásicas funciones: formar, informar y entretener, porque, salvadas las básicas de subsistencia, constituyen necesidades culturales de los ciudadanos. Formarán deformando, informarán mintiendo y entretendrán pervirtiendo, pero lo harán porque cubren necesidades reales.
Desconozco si es posible poner puertas al campo –a mí me gustaría que lo fuera y hasta pondría las más que puediera– y tampoco sé si apercibidos de que está en juego la educación de la tribu por la tribu se despertarían las sinergias ocultas que lo impidieran, pero me gustaría mucho que así fuera.
Por eso estoy trabajando con la Asociación. Y es un gusto, un lujo, poder contagiarme de tu optimismo.