Desde 10:25 hasta 12:06

 [Entrevista, plano-contraplano Punset-Prensky, que continúan enredando]

Punset.– «Los nativos digitales quiere decir que nacieron con los videojuegos… Se calcula que pasan algo así como cinco mil horas leyendo a lo largo de toda su vida y quizás unas diez mil horas jugando. Las cifras de nuestra generación indican algo totalmente distinto. ¿Tiene esto algún significado o supone algún resultado concreto para nuestro mundo profesional?

 Prensky.– Bueno, yo he hecho esos cálculos que son aproximados… Pero sí es cierto que las consecuencias son muchas. Porque leer conlleva que haya una historia, una lógica… mientras que los videojuegos nos hablan de interacción y respuestas rápidas, de solución de problemas. Es importante que todos los padres entiendan esto. Un videojuego no es más que un gran problema que cuesta 50 € y a los chicos les gusta resolver esos problemas. Si lo pensamos bien, si se tratara de problemas que les plantearan en el colegio, los padres estarían encantados. Es posible que los niños inviertan meses o una hora en resolver el problema y cuando lo consiguen deberíamos felicitarlos en lugar de decirles que dejen de jugar.

 [ ¿De dónde habrán sacado esas cifras Prensky y Punset? ¿Alguien se cree que mis alumnos de secundaria pasan solo el doble de tiempo ante una pantalla jugando que leyendo?

En cualquier caso, si se fijan, no hay respuesta a la pregunta que se le hace –no sabemos las consecuencias que tendrá la inversión enorme del tiempo de nuestros alumnos en pantallas en el mundo profesional-, pero sí plantea un tema importante: la diferencia entre la actividad de leer y el hecho de jugar a un videojuego.

Leer…–eso que él se sacude de encima en menos de una línea– es una actividad complejísima de descodificación de  signos en la que se ejercita nada más y nada menos que nuestra capacidad de análisis y nuestra capacidad de construir un pensamiento lógico elaborado.  El lenguaje verbal –leer, hablar, escuchar, escribir– nos ayuda a pensar.  Sin embargo a Prensky no parece impresionarle demasiado. No le parece útil para la vida. Le parece mucho más útil  el estímulo-respuesta de la interacción, la respuesta rápida del ratón y la supuesta resolución del problema de cómo acabar con mis enemigos sin que acaben conmigo, eso sí que es útil para sobrevivir en el mundo laboral – debe ser porque dicen que es una selva en la que el hombre es un lobo para el hombre.

El padre de Juanito estaría encantado  si a su hijo le diera por resolver los problemas que le plantean en el colegio –aunque dudo de que pagara un sobresueldo de 50 € a la profe de mates por su interés-. El problema, el verdadero problema es que los problemas del cole a Juanito le importan un rábano y le exigen esfuerzo: la pantalla, en cambio, le hipnotiza. Nuestra formadora, Olga, de Arcix Formación, dice que no le gusta la palabra esfuerzo y que hay que sustituirla por coraje. Cambiémosle el nombre, si queremos, pero eso no hará desaparecer el duro ejercicio de dirigir la atención, focalizarla, concentrarla a través de la voluntad más allá del gusto personal y la recompensa inmediata.]

Referencias:

Global Education Forum

Fundación SEK

Institución Educativa SEK

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Texto completo de la deconstrucción