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[Más planos de videojuegos educativos infantiles y la aparición de otro opinante experto: la directora de Marinva, una empresa que fabrica y vende videojuegos educativos. Más ventajas]
Inma Marín: «La ventaja del videojuego es que, por una parte resulta muy atractivo porque es imagen y pantalla…todo lo que es imagen… la imagen capta muchísimo la atención del niño y del adulto que va a jugar ¿no?… Cada vez son más realistas, cada vez las imágenes y la calidad son más buenas con lo que es cada vez más fácil el meterte en un mundo imaginario y desarrollarte en él ¿no?. Conque te diviertes, conque te gusta… que la propuesta, el reto que te supone está muy pensado para ti. Hay siempre muchos niveles, muchas formas diferentes de acceder a ese videojuego,… te permite personalizarlo a tu gusto, y todo eso hace que realmente tu capacidad de paciencia o de tozudez para resolver un reto se incremente mucho más que con otro tipo de juegos que seguramente te aburrirías o lo dejarías antes. Estas son parte de las ventajas.., También permiten comunicación. Comunicación entre niños y niñas que no se ven y que por tanto, a veces, hoy en día que a veces les cuesta tanto a los niños poderse encontrar para jugar ¿no? El videojuego te permite un espacio tiempo en donde poder jugar con otros aunque no los tengas cerca».
[¿Prueba superada? Veamos. Ventajas: la imagen, cada vez de más calidad y más realista, los hace muy atractivos y difíciles de dejar. Pero eso es una espada de doble filo, amiga Inma, educativamente hablando. La satisfacción inmediata y continua no ejercita la paciencia, sino que, al contrario, provoca la ansiedad y la tolerancia ante los estímulos, necesitando que estos sean cada vez más intensos para provocar el mismo efecto. Es el placer postergado con el esfuerzo de lograrlo –la lectura, por ejemplo– lo que ejercita la paciencia. Es la quietud del aula y su disciplina la que enseña al niño el dominio de la espera. El niño o el adulto que juegan con pantallas están perpetuamente estimulados mientras mantengan la conexión al plasma luminoso. Lo malo es apagar y dejarlo y volver a la realidad.
¿Se puede jugar con otros que no están? Sí, se puede, pero eso es lo malo: que no estén. Porque lo ideal es que juguemos con otros que sí están ¿verdad? Por lo demás, ya se sabe que la tecnología de la comunicación acerca virtualmente lo lejano, pero también se sabe que de la misma forma suele alejar de lo próximo, de manera que podemos vivir aislados de los que tenemos cerca y conectados virtualmente con los que están lejos.
No veo yo muchas ventajas pero ocurre que tal y como lo cuentan lo parecen ¿no? Luego la experta incide en las características y virtudes de los videojuegos educativos que ella fabrica y que no transcribo por no aportar nada nuevo. Son ventajas reales. Los videojuegos educativos están muy bien, pero no se puede pensar en ellos como sustitutos del aprendizaje tradicional, sino como complemento más o menos puntual. El recreo también tiene mucho éxito con los chavales, –y sin videojuegos–pero no podemos convertir la clase en un recreo. Entre otras cosas porque el recreo mismo dejaría de tener sentido.
La trampa, de nuevo la prestidigitación, es que en el espacio de Redes, no se habla de los videojuegos educativos –que lo son, en su justa medida– sino que se mezclan las ventajas de los educativos con el concepto general de la actividad de jugar con una pantalla y eso tiende a confundir ¿no? Son ganas de enredar. Al fin y al cabo es Redes.]
Referencias:
Deconstrucción inapelable, Pepe. La comparto de principio a fin. Es lo que tiene el amor a tu trabajo y conocer muy bien el paño. Nada que añadir, pues. No obstante, dice algo Inma Marín que en absoluto me parece menor. Es lo referente a la «imaginación». Dice: «… Cada vez son más realistas (los videojuegos), cada vez las imágenes y la calidad son más buenas con lo que es cada vez más fácil el meterte en un mundo imaginario y desarrollarte en él ¿no? «. Oído así de corridillo todo parece aceptable y, viendo a quien lo dice con una expresión facial y una declamación del todo correspondiente a su grado de convencimiento, resulta aún más costoso discernir la mayor o menor cocherencia de sus afirmaciones -el «¿no?» que utiliza, a modo de coletilla, no indica duda sobre lo afirmado sino más bien un refuerzo de ello y de ella-.
Lo del mundo imaginario (y lo de la imaginación, claro): DRAE: «imaginar» 1. Representar idealmente algo, inventarlo, crearlo en la imaginación. No haría falta continuar pero hay que hacerlo porque también existe la acepción cuarta: 4. Creer o figurarse que se es algo. ¿De qué imaginación hablan estos expertos? Porque ya no hay más modos de imaginación. ¿Cuál de ellos es bueno fomentar, inducir, propiciar mediante el concurso de los videojuegos para el mejor aprendizaje del alumnado? (Inma Marín habla de un alumnado que está entre los cuatro y los ocho años).
Hay que decir que la imaginación es una facultad psicológica personal. Intransferible. Cuando salimos del cine y hemos visto una historia, un mundo desbordante de imaginación, lo que decimos es: fulanito (por lo común el guionista, aunque en nuestra incultura digamos el director) tiene una imaginación prodigiosa, o deslumbrante, riquísima, peculiar, inigualable, divertidísima,…. Alguna rara vez, hemos conocido el caso de espectadores que habiendo visto películas de Superman, se han imaginado, creído, figurado ser Superman,….. y han terminado descalabrados. Lo normal, lo común, lo sano, es no gastar la acepción cuarta en nuestro forma de imaginar. Del mismo modo, sería insano (y no creo que nadie lo pretenda) que los niños creyeran, figurasen, imaginasen ser los personajes de sus videojuegos. Y es que, además, estoy convencido de que no lo creen.
La primera, es la acepción propia de lo que es realmente «imaginar»: idealmente representar, inventar, crear algo. ¿Permiten los videojuegos operar en estos términos a nuestra imaginación? En absoluto. El jugador, los jugadores, pueden elegir las que sean de entre diversas opciones (cada vez más numerosas, de acuerdo) pero elegir no es imaginar. Nunca lo fue, nunca lo será. En este ámbito, sólo los creadores de videojuegos los han imaginado, inventado. Los «players» utilizan, de forma pasiva, inerme, lo que otros han imaginado. Y sólo eso.
José Luis