La televisión no es una cadena determinada, ni un determinado programa. No es un simple entretenimiento ni una alternativa más de ocio. Y, desde luego, no es un electrodoméstico más, inocuo y sin consecuencias. Es mucho más: es una actividad diariamente repetida y compartida por millones de personas al mismo tiempo. Ni siquiera es sólo una actividad, es todavía mucho más: es una parte de nuestras vidas.
El hecho televisivo es omnipresente y, sin embargo, no se acaba de ver con claridad… No se acaba de VER claramente lo que nos pasamos el día mirando. En los recreos de las escuelas, en los bares del almuerzo matutino, en las tertulias, en los grupos de amigos… no se habla de otra cosa más que de lo que vemos en televisión y, sin embargo, no acabamos de VER que la vemos.
¡Qué paradoja! Y es que la televisión, sobre todo en su relación con el telespectador, es una continua paradoja, una contradicción, un absurdo lógico aparente bajo el que se ocultan verdades que no siempre nos gustará descubrir. Sin embargo, es muy bueno que nos enfrentemos con algunas de ellas porque contribuirán a que conozcamos mejor la TV y, sobre todo, podrán mejorar la relación no siempre deseable, no siempre libre, que tenemos con ella.
Tres acepciones trae el Diccionario de la lengua para definir la paradoja: Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de las personas. Aserción inverosímil o absurda, que se presenta con apariencias de verdadera. Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción. De las tres participan las paradojas televisivas, pues la mayoría de ellas son extrañas a la común opinión, resultan inverosímiles o absurdas en apariencia y, desde luego, son contradictorias.
A lo largo de los 300 post del blog han ido saliendo. Ahora las reunimos aquí en un falso decálogo que pretende sintetizar algunos rasgos del medio televisivo en su paradójica relación con los consumidores: nueve paradojas que iremos desgranando en los nueve próximos días.
Vean televisión, no la consuman o serán consumidos por ella.
¡Estupendo anuncio!
Me parece bien lo que dices, si bien, cuanto menos TV mejor, ya que tendrás más tiempo para hablar en familia, leer, hacer deporte, etcétera