Por si alguno de mis lectores no se ha acostumbrado todavía a la enriquecedora rutina de leer el Blog de Santiago González que recomiendo en el mío como de medioambiente político, copio hoy literalmente la mayor parte de su post del día 21 con esas dos fotografías, ese pie de foto y ese comentario que no tiene desperdicio

Pie de foto.-A la derecha, la botella casi llena. A la derecha, prácticamente vacía.
«Es un misterio de la democracia española que hayamos conseguido relativizar cuestiones físicas y tan perfectamente mensurables como el número de asistentes a una manifestación. Las cifras de los convocantes pueden exceder en diez o veinte veces el número de manifestantes que proporcionan los cálculos del periódico cuya línea editorial sea más opuesta al lema de la pancarta.

Con el tiempo y seguramente con la intención de sortear el ridículo, la mayor parte de los medios se refugian en abstracciones, centenares, miles o decenas de miles, según. Hoy, este relativismo cuantitativo se traslada a la Eurocámara de Estrasburgo, con motivo del estreno del presidente de turno. Vean el tratamiento que se da a esta información en dos diarios españoles. El único que cuantifica es La Gaceta: 180 de los casi 800 europarlamentarios. (Son exactamente 750 los escaños de la cámara).»

Efectivamente hay medios que la muestran la realidad medio llena y hay medios que la muestran medio vacía. Sin embargo, como en este ejemplo que mi sabio y perspicaz vecino nos aporta, los dos medios saben exactamente como está. Por eso es especialmente doloso e inútil ese casi de La Gaceta que he destacado en negrita.

En cualquier caso es una realidad mediada. Es decir, vista a través de un intermediario. Y esa mediación hace que la distancia entre e hecho y el consumidor de su relato sea a veces más grande que la distancia física que le separa de él. Ninguna de las dos fotos son falsas, pero las dos son mentira al ser solo medias verdades. Una excelente lección de que nunca la intermediación es inocente.

Es verdad que no se puede exigir objetividad completa a la captación de una crónica sea fotográfica o verbal, pero sí son imprescindibles la honradez en la mirada y en el relato por parte del mediador.

Sabíamos que es cierto que lo que no sale en la foto no existe, porque no lo vemos. Hemos aprendido que a veces lo que sale en la foto sólo es una parte de lo que existe. Lo malo es que ni siquiera es cierto que lo que no existe no sale en la foto, sobre todo desde la invención y perfeccionamiento de Photoshop.

Vean imágenes, pero no las consuman como verdades, o serán consumidos por ellas. Y no dejen de seguir a Santiago González.