Y Manuel Hidalgo escribía en su columna: «Las televisiones se han erigido en narradoras de un discurso cutre sobre las clases populares, sus principales consumidores. El chándal, la camiseta sudada, la ordinariez verbal, el chascarrillo abominable, el griterío, los macarras de todos los sexos, la vulgaridad de los gestos, la apestosa lujuria de los mangantes y la furcias de ocasión, eso es lo que ocupa, con sal gorda, diseñada para enfangar al pobre y deteriorado pueblo con un relato continuo sobre sus sórdidas peripecias cotidianas: en las series casposas, en los coloquios gritones, en los reality con olor a zapatilla y a sobaco.
Y, de pronto, por un día, zas, los fastos de la irreal realeza, las nobles piedras de la abadía de Wetminster, la estilosa riqueza de los vestidos, el esplendor de la liturgia, el reverencial protocolo […] un shock. Otro mundo.
Amén.
Y Lucía Méndez en la suya: «Mucha gente considera que plantarse delante de la tele para no perderse detalle de la boda … es cosa de papanatas, frívolos, cotillas …Pero millones de personas vimos la boda … porque las películas que dirige Buckingham Palace y emite la BBC tienen una extraordinaria calidad artística y belleza plástica … Sus personajes… son Guillermo, el novio, … aquel muchacho que vimos caminar detrás del féretro de su madre cuando tenía 14 años. Carlos, el padre del novio, aquel que se caso con Diana y la hizo una desgraciada porque la engañaba con Camilla. …ahora la madrastra del novio a quien el frío duque de Edimburgo saluda con un cariñoso beso… No me negarán que la película es interesante.»
Pues sí. NO es interesante en absoluto.
Cifras
28 millones de euros de presupuesto
130.000, aportación Middleton para gastos
545.600, jardinería
405.910, almuerzo 654 invitados
100.000, cena 300 invitados
60.000, decoración Westminster
3.000.000, decoración de Londres, banderas, cartelería, pantallas gigantes, jardines…
33.000, vestido
2.400, peluquería
40.000, invitaciones
1.000.000, limpieza
600.000, Luna de miel
22,5 millones en seguridad
Audiencias
8.000 periodistas
2.000 millones de espectadores
50.000 twits en Twitter.
Yo me quedé frío entonces y sigo frío ahora, como los novios, como la actualidad. Y la boda Real no fue realidad: es ficción.
¡¡¡Buááággggggg!!! … pena, penita, pena.
Bueno, es un cuento de hadas más… Aunque soy de la opinión de que esta institución de la realeza es mejor que se mantenga alejada de los medios…
Un saludo.
Pero no hay ilusión, y sí muchísima pasta. Al revés que en «A los dragones les gustan las galletas» ¡fíjate que diferencia de presupuesto! Además, Negre, ¿cómo vas a dejar al pueblo sin «sus» monarcas, si los paga el pueblo? Y a los medios también, por cierto …..