Una de las perlas del libro de Baricco que estamos exprimiendo estos días trata en las páginas 176 a 178, de la democracia.

«¿Y si el advenimiento de la democracia fuera una de las primeras señales de la llegada de los bárbaros? …

… la democracia tiene muchos trasgos típicos del gesto bárbaro. …Dispersar el sentido (que en política es el poder) sobre la superficie de muchos puntos equivalentes (los ciudadanos) en vez de mantenerlo anclado en un único punto sagrado (el rey, el tirano). … [que]el poder sea otorgado no al hombre más noble, ni tampoco al mejor o al más fuerte, sino al que se dirigen más links (más votado)… donde únicamente valen los hechos actuales y en nada interviene la profundidad,… la fisiológica propensión de la democracia a hacer de la medianía un valor.

Hasta qué punto la democracia se asemeja a la barbarie especialmente en sus rasgos degradados

Esta sensación de que la democracia a estas alturas es únicamente una técnica que se mueve sin sentido, celebrando un único valor realmente reconocible, es decir, a sí misma. lo cierto es que muy a menudo existe la duda de que hasta los principios de libertad, igualdad y solidaridad que fundaron la idea de democracia se han ido deslizando hacia el trasfondo y que el único valor efectivo de la democracia es la democracia. … una divinidad que se apoya en un vacío de contenidos … mecanismos perfectos que se disparan sistemáticamente sin producir otra cosa que a sí mismos. Relojes que funcionan a la perfección, pero que no mueven ninguna manecilla.»

Es difícil explicarlo mejor. Sin embargo, es curioso cómo no se plantea, cuando parece obvio, que el virus de la barbarie ― la preeminencia de la imagen sobre la palabra, del sentimiento sobre el pensamiento, del presente sobre el pasado, de la facilidad frente al esfuerzo, del relativismo sobre la verdad, del surfing sobre el buceo…― puede ser precisamente el culpable de la degradación de la democracia. ¿O sí lo hace aunque no quiera decirlo claramente?

Usen de las pantallas, no las consuman, o serán consumidos por ellas