Somos creadores de famosos. De nuevo nuestra mirada es una creadora de riqueza. Cualquier producto, cualquier persona, cualquier persona-producto que aparece en TV es mirado por millones de pares de ojos al mismo tiempo con lo que, automáticamente y sólo por eso, adquiere un valor nuevo: es famoso. Una persona desconocida para todos se convierte en alguien importante sólo porque lo miramos.
Anónimo dijo…
En otro grado, lo mismo pasa con nuestros oídos cuando escuchan la radio y otra vez con nuestros ojos cuando leemos prensa, magazines y similares.
No es comparable, ya lo sé, pero recuerdo haber leído en algún post de este blog (espero acertar) que hoy la prensa se hace cada vez con mayor «visualidad», es decir: la maquetación, las ilustraciones fotográficas (y las «noticias» fotográficas), las gráficas, y los titulares, sobre todo los titulares, hacen cada vez más magros los contenidos textuales, el análisis, la literalidad, en la construcción de la prensa y revistas generalistas (hoy sustituídas casi del todo por los suplementos dominicales, concebidos desde y para la mera «visualidad»). También damos fama, así sólo las hojeemos, a las personas retratadas en estos soportes.
La radio está hoy en día que se las pela. En realidad las parrillas se repiten y sólo cambian los moñacos (dicho sea con verdadero respeto) que oímos, los cuales necesitan también de nuestras orejas para existir, para «ser» alguien, para ser famosos. Ellos también lo pasan mal, dicho de algún modo, porque están obligados a triunfar, a ser oídos, a ser famosos. Si no, el programa «se cae»…… por falta de publicidad, que es la prueba del algodón de la falta de audiencia.
José Luis