De nuevo las dos caras de la moneda. Los hay que –desde la ciberutopía- ven en la Wikipedia un vaso no medio, sino completamente lleno; un magnífico instrumento de consulta construido además por ese anónimo autor colectivo, paradigma de cooperación y de democracia colaborativa. Está latente ahí esa idea tan extendida –de la misma familia utópica y tan quimérica como vana- de la posibilidad de una inteligencia colectiva, social, global, como una gran colmena constituida por todos aquellos que entramos en la red, un puzle global como el de su logo.
Y los hay que –desde mi punto de vista, mucho más cercanos a la realidad de las cosas- ven en ella sólo un recurso más, otra herramienta que puede ser valiosa en algunos momentos, tener cierta utilidad de urgencia, de complementariedad, de contraste, pero que, de nuevo por su disponibilidad y su facilidad de uso, suele acabar convirtiéndose no en el último, sino en el único recurso para una generación de jóvenes que acuden a ese almacén de resúmenes anónimos, «simples referencias no siempre contrastadas, no siempre rigurosas, no siempre minuciosas, no siempre fiables, carentes de la autoridad que el tiempo y el rigor, los autores de prestigio y el aplauso de lectores cualificados, dan a las grandes e imprescindibles obras» para acabar en un corta-pega sin ningún esfuerzo de síntesis, comprensión o conocimiento, como si se tratara de un descomunal rincón del vago.
El entrecomillado pertenece a Pérez Reverte que en su Patente de Corso del XLSemanal, dedica una breve reflexión sobre todo esto que merece la pena recoger y archivar en nuestro blog.
En el artículo afirma que le entristece –y a nosotros nos preocupa- que se vaya asentando lentamente en los jóvenes –y en los no tan jóvenes, diría yo- la idea de que documentarse consista básicamente en el acto perezoso, superficial e infecundo de un clic, y no en el trabajo de «acudir a la Historia o a la Ciencia como material de trabajo, …adquirir o consultar libros, trabajar en hemerotecas y bibliotecas, visitar escenarios reales …consultar el Espasa, la Encyclopaedia Britannica, el Summa Artis, la colección completa de Blanco y Negro o el Diccionario Biográfico de la Academia de la Historia; …leer a Galdós, Valle-Inclán, Baroja o Clarín, …visitar un museo, viajar a una ciudad con un antiguo mapa y un bloc de notas, …».
La certera oposición de “visitantes” y “residentes” de David White se puede enriquecer con la introducida por Reverte de “cazadores” y “recolectores”: los primeros van por la vida «con los ojos y el zurrón abiertos y la escopeta lista, en esa tensión especial que permite apropiarse de todo cuanto se pone a tiro, para luego sacarle punta. Incluso a nimiedades aparentes» y no están en internet, sino que lo visitan como una herramienta más de caza. Los otros simplemente están y hacen clic. Y es que para cazar hay que estar en la calle física, hay que vivir en lugar de ver cómo otros viven o aprovecharse de lo que otros hacen.
«Y eso – nos dice Reverte frente a los apólogos de las nuevas metodologías y las supuestas revoluciones educativas- se ve fomentado por un sistema educativo que cada vez depende más del teléfono móvil, de la tableta o la enseñanza digital, y desprecia las fuentes clásicas y tradicionales, negando a los jóvenes el hábito de moverse con soltura en fuentes más serias; de familiarizarse con textos solventes, anotar, marcar, comparar, completar.» Es decir, leer, comprender, distinguir, seleccionar, sintetizar… , o sea, pensar: educar las cabezas en vez de inundarles de pantallas con la etiqueta de la innovación. No se trata de no utilizar la red o rechazar las ventajas de la tecnología, sino de impedir que por su naturaleza (facilidad, accesibilidad, superficialidad, falta de autoridad, anonimato…) se convierta en hegemónica. Se trata de fomentar el duro pero fructífero trabajo intelectual frente al fácil surfing banal de los barbariccos.
«La consecuencia de todo esto – termina- es que, cada vez más, quienes de esta forma limitan su propio conocimiento aplicarán esos límites a cuanto se les ponga delante. Juzgarán el mundo no por lo que éste tiene y ofrece, sino por la reducida visión que de él tendrán ellos.» O sea: en vez de utilizar la red como un eficaz instrumento de investigación y aprendizaje que amplíe su visión del mundo, acabarán, están haciéndolo ya, mirando el mundo por una estrecha cerradura que les ofrecerá una visión mezquina, mediocre y limitada de la realidad.
Tendremos que repetir una vez más las palabras de Steve Jobs: «no es delante de una pantalla, sino detrás, donde se forja el cerebro capaz de utilizar la tecnología correctamente» .
Referencias
» «Y eso – nos dice Reverte frente a los apólogos de las nuevas metodologías y las supuestas revoluciones educativas- se ve fomentado por un sistema educativo que cada vez depende más del teléfono móvil, de la tableta o la enseñanza digital, y desprecia las fuentes clásicas y tradicionales, negando a los jóvenes el hábito de moverse con soltura en fuentes más serias; de familiarizarse con textos solventes, anotar, marcar, comparar, completar.»»
No estoy de acuerdo porque olvida que esto ya paso.
Exactamente igual, con la anterior revolución que os negais a criticar o siquiera recordar.
Esto es otro paso mas en la irrealidad y el aumento del poder de los escribas, fariseos y burocratas.
¿Cómo comenzaron las escuelas? ¿Ya nadie habla de eso?
¿Cómo podemos criticar el cambio de escuela «tradicional» a «tecnológica» y olvidar explicar qué había antes de estas escuelas?
Ausencia de contexto es garantía de fracaso.
¿De qué vale realmente la educación actual?
Hablo en serio. Desde los 6 años hasta los 18. 12 Años, carísimos en tiempo y recursos y salen sin garantía de trabajo, sin oficio, sin habilidades prácticas caseras o manuales.
Recientemente vi documentos de mi bisabuelo, en los años 1912 entró con 12 años en la escuela de aparejadores, con 14 o 15 ya sería arquitecto técnico de hoy en dia, que salen con 22, 23…
Los oficios se han perdido.
Ocurre igual en la educación y en el mundo laboral, hay una enorme distinción entre trabajadores y los que tienen empleo, los que producen actividad real, tradicional, útil, demandada y los que mueven números, papeles.
Un pobre joven trabajando para una supuesta ONG pidiendo números bancarios a los viandantes… «trabaja» ¿? Mueve números de un sitio a otro, no «crea» riqueza que un albañil, pintor, o agricultor si crea.
Y la crítica las tabletas electrónicas en los colegios… lo entiendo, pero yo, y millones de niños nos rompimos la espalda llevando diariamente media docena de libros diferentes al colegio…
¿Porque nadie apunta al gran culpable y beneficiario? La gran editorial.
Mis padres y su generación tenían la Enciclopia Álvarez, yo tenía enormes y pesados libros de pinta y colorea, llenos de retratos de matemáticos, de comics «explicando» que solo conseguian ocupar páginas y atontar a los traidores incompetentes del ministerio que embelesados aprobaron semejantes pisapapeles.
Y.. matemáticas… ¿Para qué? ¿Es que nadie va a analizar de una vez qué se enseña?
¿Cuantos usamos integrales o derivadas? !Nadie!
La educación es un desastre, un crimen contra los niños, un derroche de recursos y tiempo. Un zoo donde estabulan encerrados a niños, protegidos de la realidad del mundo, la naturaleza, donde levantan muros artificiales entre el juego y el trabajo, donde no se busca revelar el talento y afición de cada espíritu para darle salida, sino moldear forzadamente a los niños a los pocos moldes autorizados, bajo el omnipotente poder de la casta de escriba, invisible e intocable, no el profesor medio, sino el sistema que pone los numeros y las letras por encima de los niños… luego nos quejamos que ese mismo sistema pone números y letras, bancos, hipotecas, deudas públicas por encima de la dignidad de las personas…
¿Excursiones con boli dice Reverte? En mi colegio no hizimos ni una, y era todo pizarra y tiza todavía. No salimos ni al ayuntamiento, ni a nuestra propia ciudad. Ah si, un día al basurero y otra al matadero, donde nos sobornaron con entrantes hasta reventar. Y otra al «parque Warner», reforzando la idea del sistema económico actual que la diversión y el entretenimiento debe ser de pago. «Jugar» solo en los recreos, vigilados, en un mundo de ingeniería romana, cuadriculado, donde todo es propiedad privada y no se puede tocar.
Bienvenido, Carlos, te has desahogado bien.
Dices muchas cosas. Casi todas las entiendo. Algunas no. Con muchas estoy de acuerdo.
La crítica de Reverte que aprovecha el blog no es una reflexión en profundidad sobre el sistema sino al deslumbramiento de las pantallas que para muchos son la panacea educativa.
Tienes razón en el empeoramiento generalizado que se ha ido produciendo desde las primeras leyes educativas de la democracia, en la longitud excesiva de la enseñanza obligatoria, en lo nefasto de la desaparición de los aprendizajes y los aprendices…
Sin embargo, un sistema educativo no debe estar pensado sólo para que después todos encuentren trabajo, no debe perseguir solo la eficacia, (eso son cuestiones posteriores de gestión social y política) sino que debe estar pensado y yo creo que es imprescindible para socializar, para integrar, para convivir, y desde luego para aprender.