Hacen falta muchas palabras para hacer valer este vistazo a la historia comprimida en 2 minutos de imágenes, pero es un efuerzo notorio de selección, ordenación y edición para un trabajo final de un alumno de secundaria. Muy propio de la época que nos ha tocado vivir. Puede que sea un barbaricco, pero uno con cabeza, sin duda. Y plantea una pregunta de interés: ¿Qué imágenes hubiéramos puesto cada uno de nosotros ahí?