La televisión, al revés de lo que se cree, siempre ha estado lejos de su público. Hace 40 años podía darse la imagen magistralmente retratada por Sempé. La distancia era lingüística y estética. Por un lado, la realidad televisiva. Por otro la vida.
Hoy, Belén Esteban, Falete, Sálvame o Mercedes Milá no no se han acercado más a nosotros. Siguen estando igual de lejos o más. Y la distancia sigue siendo lingúística y estética.Por una lado, la realidad televisiva. Por otro la vida.
Los que hemos estado siempre ahí, a pesar de todo, hemos sido nosotros.



Es verdad. Por eso, la gente muy buena en lo suyo, como Gila, nos atrapó a todos desde la pantalla con su lenguaje real, a su manera «sublógico» también, hablando de realidades no distanciadas: «…el hombre debe tener un criterio mu acendrado y viril de su me gusta esto» (cito de memoria).
José Luis