Se nos ha ido dejándonos el espléndido legado de su trabajo.Mucho más allá del humor, sus viñetas son un agudo análisis de nuestras debilidades, nuestras contradicciones y nuestras paradojas: un fiel retrato del ser humano enfrentado a su vida cotidiana. Y en esa vida aparece también la tecnología. Quino vivió sobre todo la llegada y el apogeo de la televisión, pero sus reflexiones sobre ese medio en su relación con nosotros son perfectamente extensibles a la marea tecnológica digital posterior.
Los prolegómenos y su omnipresencia:
He aquí la llegada:
Y las posteriores reflexiones que plantea: nuestro aborregamiento
Un fuerte toque de atención a los padres sobre la «normalidad» del «todos lo hacen»:
Una crítica feroz a sus contenidos:
Su poder hipnótico y adictivo que no es cosa de niños:
El papel de la publicidad:
La hegemonía de la imagen sobre la palabra y su inevitable tendencia al sensacionalismo periodístico y la deshumanización:
Fuera de contexto: ¿Una imagen vale más que mil palabras?
Esta terrible tira que denuncia la ocupación de nuestra vida mirando la vida de los otros:
Su, en fin, papel de nodriza electrónica:
Pero también se ocupó de nuestra progresiva digitalización y su aislamiento, antes de la llegada del movil:
y después:
Y así podríamos seguir….
Gracias Quino. Ahora nos podrás mirar ya desde arriba y tal como somos: descansa en paz.
¡Grande! ¡Qué agudeza y clarividencia…!