Hablamos hace pocos días de precocidad o procacidad  y, mira por donde, aparece esta reseña de una investigación que afirma que la etapa infantil se ha acortado de forma considerable al menos en cuanto a la precoz manera de vestir de estos preadolescentes de 11 o 12 años, a las actividades que demandan de los padres o a la problemática de consumo que plantean.

Parece ser que «no haber leído ni jugado lo suficiente» les hace impacientarse y no pueden esperar a ser mayores.

¿Qué habrán estado haciendo estos niños sin leer ni jugar? … ¿pantallas, quizá?

Utilicen las pantallas, no las consuman o serán consumidos por ellas.