
Rafael Llano, profesor de la Facultad de Ciencias de la Información en la Complutense de Madrid, ha publicado Revistas culturales y de consumo, un interesante estudio sobre el mundillo de las revistas en los quioscos españoles que reseña Adolfo Torrecilla en Aceprensa.
Mirar las paredes multicolores de un quiosco es echar un vistazo sobre el medioambiente simbólico. Sus gustos, sus aficiones, sus manías, su diferenciación sexual, el mundillo de la publicidad y los diferentes sectores a los que va dirigida se visten de papel couché y colorines en las revistas. Cada cabecera tiene detrás un número de lectores, gente peculiar: nada más y nada menos que dispuestos a levantarse del sillón, salir de casa, desplazarse hasta el quiosco y sobre todo pagar para acceder a ellas. Esto no es poco en una sociedad en que la gratuidad se está imponiendo como modelo de consumo de entretenimiento y en la que Internet y la Televisión, están metidas en casa a tiro de ratón o de mando a distancia con el trasero bien pegado al sofá o a la silla. Aunque son soportes más para mirar que para leer, ahí están aguantando el tirón de las pantallas y cada una con su público.
El estudio analiza 370 revistas de pago directo o por suscripción en el periodo 2008 a 2011 y extrae entre otros los siguientes datos:
Tienen un índice de lectura medio de 2’1 lectores por ejemplar frente al 1’4 que tienen los diarios y se conservan más tiempo por lo que la publicidad es más duradera.
De esa publicidad obtienen el 47% de sus ingresos, aunque últimamente como en todos los sectores, se ha producido una disminución drástica (de 617 millones de € en 2008 a 397 en 2010).
Las revistas absorben un 6’8% de la publicidad mediática frente al 42’3% de la tele —siempre la reina, a pesar del silencio crítico que ahora la rodea…— el 19’2 de los diarios, el 13’5 de Internet, el 9’4 de la radio, el 7’2 de las vallas exteriores, el 4’8 de los dominicales y el 0’4 del cine.
10 grandes grupos editoriales publican 111 títulos y constituyen el 68% del mercado.
Para las mujeres las hay de labores, decoración e interiorismo, maternidad y, sobre todo lujo, moda y belleza y corazón. Entre las más vendidas de amor y lujo: Glamour(243.357 ejemplares), Telva (188.524), Elle(184.515), Clara (130.044), Vogue (125.956), Cosmopolitan (124.614), In Style ( 99.919) y Marie Claire (75.320). Entre las del corazón, Pronto (¡931.419 ejemplares!, se dice pronto…), el incombustible ¡Hola!(490.824), Diez Minutos (337.178), Lecturas (202.081) y Semana(194.545) Sorprendente el dato de las Fotonovelas con un 85’4% de audiencia femenina y ¡más de 400.000 lectoras!.
Para los hombres: motos y automóvil, caza, pesca, ciclismo, informática y videojuegos, curiosidades del saber, viajes, geografía e historia, parapsicología y esoterismo y curiosamente sólo desde los años noventa un grupo de revistas que imitan en su formato a las femeninas aunque con diferente fondo: moda, motor, tecnología, chicas, ocio, deporte, cuidado personal y contenidos eróticos tipo cartelería de taller.
Para ambos: cocina y gastronomía y animales de compañía, sobre todo los perros.
Otro danto interesante es el bajón en el nefasto sector juvenil femenino que ha cerrado varias cabeceras por la competencia de Internet hacia donde se han desviado sus lectoras.
Un último grupo muy minoritario en lectores es el de las revistas culturales y de actualidad religiosa de las que hay unas cuantas y, por último, las revistas de economía y política, en pleno auge en la transición pero que han sido vampirizadas por los diarios de información general y de las que quedan muy pocas y con cada vez menos futuro.
En fin: ocio y belleza, el medioambiente en estado puro.
Reseñas´muy bien, Pepe, incluso cuando reseñas las reseñas de otros.
Los datos son muy interesantes. ¿Qué habrá sido o será de mi amada «Revista de Occidente» que compraba habitualmente en su último formato? Un día dejé de comprar revistas, de eso hace dos lustros como poco, y nunca más compré. Suponía un dineral.
José Luis
Echo en falta entre las de hombres (por seguir la nomenclatura de la estadística) las dedicadas a la música. Es un chasco que las de caza y pesca aparezcan y éstas no. Pensé que títulos como Rolling Stones, Rock Sound, Mondo Sonoro, Guitar Player, Moderm Drummer, Future Music, etc, etc, tenían más venta.
José Luis
Y otro tanto con las dedicadas a la música clásica. Y ¿las de fotografía? pues anda que no hay títulos de estas y, podemos pensar, casi todo el mundo tiene una cámara digital, así sea en su móvil, hasta los pescadores y los cazadores.
José Luis
Digamos que las revistas reflejan ese microcosmos de la variedad infinita que es la sociedad humana: son una prueba de que mucho más allá de los gustos mayoritarios que los medios hacen parecer únicos, está esa inmensa minoría que tiene sus propios gustos y que dan para que existan revistas especializadas.
Ahora bien: creo que cada vez más la tendencia es a la uniformidad y no a la variedad en contraste con lo que pudiera parecer en una sociedad individualista como la nuestra. Los gustos propios cada vez son menos asequibles. No hay más que ver cómo evoluciona la disposición de los productos en la primera planta de El Corte Inglés.
Estoy de acuerdo: la tendencia a la uniformidad siempre fue más rentable para la gran industria. Por eso: «Los gustos propios son cada vez menos asequibles», es decir, más caros de producir y de adquirir.
José Luis