«No basta abrir la ventana
para ver los campos y el río.
No es suficiente no estar ciego
para ver los árboles y las flores
También es necesario no tener ninguna filosofía.
Con filosofía no hay árboles: sólo hay ideas.
Hay sólo cada uno de nosotros, como una cueva.
Hay sólo una ventana cerrada, y todo el mundo allá afuera
y un sueño de lo que se podría ver si la ventana se abriese,
que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana
Pero ¿y si entre la ventana y el mundo, hubiera otra ventana  de plasma o cristal líquido que nos llenara no de ideas sino de imágenes que son ideas?