Aprendí en la universidad, y he experimentado después muchas veces en mi vida personal, que nuestra percepción está determinada por nuestro lenguaje de manera que si miro un grupo de árboles y no conozco el nombre de los árboles que miro, mi mirada sólo verá un bosque y estará ciega para un grupo de cedros, de hayas, de álamos o de cipreses…
Es así, pues, que la mirada no capta la realidad, sino que la conforma. No vemos la realidad, sino que la creamos al mirarla. Todos podemos ser capaces de mirar, pero no todos veremos lo mismo. Nuestro bagaje cultural, nuestra educación, nuestro carácter, nuestra circunstancia, son un cristal que modifica nuestra mirada haciendo que veamos la misma realidad de muy diversos modos.
«En este mundo traidor
nada es verdad ni es mentira
todo es según el color
del cristal con que se mira»
Los cristales de nuestras gafas invisibles están coloreados de nuestra ideología, de nuestra cultura, de nuestro pasado, de nuestra fe, de nuestros sentimientos…
Pero, aparte de nuestra subjetividad, siempre hay gente dispuesta a pensar por nosotros e imponernos sus gafas para contemplar la realidad desde su punto de vista. Hoy más que nunca, cómo no, todos llevamos las gafas coloreadas de los intermediarios mediáticos que nos sirven la realidad que no podemos ver porque no alcanzamos a mirarla. Hoy nuestro cristal tiene forma de pantalla líquida y cristales del callejón del gato.
¿Y los que no necesitamos gafas? ¿los que aún vemos bien sin gafas? ……
Es broma, claro. Qué distinta vida lleva quien para ver bien las cosas no se queda plenamente satisfecho con su visión y busca completarla con la de otros, de aquel que fabrica gafas para ponérselas a los demás.
«Fulano tiene una visión sorprendente de las cosas» , «la visión de Menganita es siempre original», «Futanito ve las cosas con una profundidad envidiabe», «los expertos ven las cosas con una solvencia mayor», …….. En resumen: vale la pena hacerse con otras miradas o con distintas visiones de la realidad. Sólo es preciso saber seleccionar las buenas.
«Todo es según el dolor con que se mira». Mario Benedetti
Mario Benedetti había leído, sin duda, a Ramón de Campoamor que pasa por ser el autor de estos celebérrimos versos. Perdona, amable «anónima», la pedante puntualización del todo intrascendente. Pero es seguro que Benedetti no se adjudicó nunca la autoría de la famosa copla.
Pepe aquí te dejo un vídeo que igual te interese:http://www.youtube.com/watch?v=huv2sTalt7o
Cierto, José Luis. No sólo es bueno mirarse en los otros, sino poder enriquecerse con sus miradas.
Precioso el poema que citas, Anónima:
CROQUIS PARA ALGUN DIA de Benedetti que hace un remedo de los versos de Campoamor que cito yo y que creo que dice:
«Todo es legítimo o es nulo todo
es según el dolor con que se mira.
(…)la gloria de sufrir vale la pena
cuando los vientos soplan iracundos ,gustosos
hacia los arrecifes de la vida.»
Buen vídeo, Alex. Lo que David Belle llama parkour, yo lo conocía como Yamakasi. ¡Qué dominio del cuerpo!
Caramba! hablando de distintas miradas para completar la nuestra, he aquí un ejemplo de mi necesidad: había leído «color» donde «anónima» había escrito «dolor». No he dicho nada.