
Me enriquezco cuando las pantallas me ayudan a ser mejor y a que los demás sean mejores.
Soy buen amigo de mis amigos y las pantallas me ayudan a conseguirlo.
Tengo criterio propio ante lo que veo, lo que leo y lo que escucho en las pantallas.
En las pantallas, respeto mi intimidad y la de los demás: elijo bien qué decir, cuándo, cómo y dónde.
Soy siempre el mismo en el mundo virtual y en el mundo real.
Soy libre. No dejo que las pantallas me dominen: yo las domino a ellas, yo controlo mi vida.
A través de las pantallas soy solidario con los demás, estén cerca o lejos.
Fuente:
Perfecto material para hacer una ppt y la/s correspondiente/s tutoría/s de esas que, cuando las terminas, te preguntas: «¿Y para qué pisaré estos charcos si no merece la pena?». Positivo que está uno hoy.
Tendré un número de amigos reales igual o mayor que de amigos virtuales.
Fijaré dos días a la semana para no utilizar ningún tipo de panallas.
José Luis.
«pantallas» ¡cáchis!
Es que es viernes, Pedro. Todo puede ocurrir en viernes, amigo.
Buena propuesta, José Luis. Ya tenemos decálogo.
Ahora pensaré en aplicármelo yo mismo…