La escuela divertida, llama Postman a la televisión definiendo un medio cultural democrático si entendemos democracia cultural no el hacer que todo el mundo sea capaz de alcanzar la excelencia, sino bajar el nivel para que todo el mundo pueda alcanzarlo. Un electrodoméstico LOGSE dirigido a las inmensas mayorías que educa sin esfuerzo, es decir, maleduca.

Una nodriza electrónica que no utilizamos para descansar de vez en cuando de la dura tarea de educar, sino ante la que, cerrando los ojos, los abandonamos con los ojos bien abiertos para que los eduquen otros. Algunos padres vigilan con cámaras ocultas a la cuidadora real para evitar malos tratos mientras los dejan en manos de otras cámaras tras de las que se ocultan los guionistas, realizadores, publicitarios, y presentadores que tan a menudo los maltratan. Nos quejamos del profesorado y de la escuela y metemos en su cuarto a una profesora virtual que es como meter a la zorra dentro del gallinero.

Una nodriza que no sólo se ocupa de nuestros hijos, sino en la que nosotros, los adultos, nos refugiamos buscando el regazo materno donde poder chuparnos el dedo, intentando mitigar cada noche nuestro cansancio de vivir.

Vean televisión, no la consuman o serán consumidos por ella.