148. Gérard Imbert, El transformismo televisivo,Postelevisión e imaginarios sociales, Cátedra, Signo e imagen, nº 114, Madrid, 2008 (V)

De cómo se degrada la palabra -núcleo del debate- para convertirse de nuevo en espectáculo, en circo, en ruido que no busca la profundización reflexiva sino, de nuevo, el puro espectáculo.

«Ya no había programas de debate dignos de este nombre. En cambio, nunca en la historia de la televisión española se ha «debatido» tanto. […] Como residuo formal y degenerado de lo que fue el debate político en aquella época, no sólo se ha mantenido la forma-debate, sino que se ha instituido como formato.

[…] Invade entonces los programas televisivos [….] Contamina los magazines, se extiende a las tertulias de mañana, se aplica a los objetos más triviales … consagra la hegemonía del hombre común en detrimento del especialista. Cualquiera puede hablar de cualquier cosa … (Pág. 94)

La opinión común sustituye a la opinión pública […]En una espectacularización a ultranza de la forma-debate.

[…] La inflación de los protocolos de bienvenida y anuncio al modo del boxeo; los aplausos programados del público; la intervención histriónica de participantes y «espontáneos», … pancartas de «pros» y «contras»…, sondeos, porcentajes de «sí» y «no», … vociferaciones en vez de argumentaciones; …proclamas de fe en lugar de intercambio de ideas; la denegación del otro en sustitución del diálogo. (Pág. 95)

Máximo muestrario de pensamiento débil, de periodismo de investigación light, pero al que todos acuden: people, artistas de moda, intelectuales de renombre. […] El nuevo filósofo, el famoso de turo, la actriz glamurosa,… el último icono de la canción; todo es ameno,incluso la actualidad más tromentosa o la problemática más planetaria, la finalidad es ofrecer un digest de todo un poco, para estar al tanto. … El cotilleo trivial elevado a categoría de cultura.

[Ruidos] que acompañan al discurso verbal… como si la televisión no soportara el lenguaje articulado y necesitar hacer ruido para colmar el vacío intelectual.

[… ] siempre está del lado de los que no entienden nada y piden explicaciones, es decir, simplificaciones … rebajando continuamente el nivel de reflexión. Es pedagogía al revés: pone siempre el listón más bajo. (pág. 97)

Vean televisión, no la consuman o serán consumidos por ella.