«–Mis padres se separaron, por eso nos mudamos de casa. Fue un disgusto muy fuerte. Me hundí. De pronto me di cuenta de que todos los contactos que hay en la red son mentira. Tienes diez mil amigos en Facebook y es mentira, no tienes ninguno; y tienes no sé cuántos seguidores en Twitter y no es verdad, no tienes ninguno…
–¡Estaba yo!
–No: ahora estás. Entonces no había nadie, nadie. Me di cuenta de que había pasado toda mi vida mirando la pantalla de un ordenador, creyendo que el ordenador era el espejo donde se miraban mis amigos, y no era verdad. La pantalla del ordenador es el espejo donde sólo te reflejas tú. No estabas, no. Ahora sí: ahora estás aquí, como hacen los amigos de verdad, que aparecen cuando los necesitas»
Ann Foster habla con el protagonista de California Barbie, de Andreu Martín
Queda clara la capacidad que tiene el espejo para «entretener» nuestra vida propia, con suplencias de la misma. No es un buen amigo, el espejo.
José Luis
Entretener, entretener, entretener…. Una vez más el problema del tiempo que inición la primera pantalla televisiva… Entretenitiempo
El problema del tiempo es un problema, en efecto, y puede que sea «el problema del hombre de hoy», a mi entender. Sin embargo, bien lo sabes, hacer del tiempo «un problema» está muy mal visto: es horrible la opinión que la sociedad tiene de quien no sabe «entretenerse». Lo cual es un contrasentido porque luego, esa misma «sociedad» cae de rodillas, admira, adora, idolatra a cualquier perfección que le haga «vibrar» de emoción, sin ignorar que esa perfección ha requerido a sus cultivadores, el empleo de mucho, a veces de todo su tiempo. Sin quedar ¡un sólo segundo! para el entretenimiento.
José Luis