Divertirse y disfrutar

Ver la televisión es divertido. Divertirse es dejarse llevar, pasar el tiempo, matar el rato. Distraerse. Evadirse. Mirar esto y aquello. No dejar huella. Sentir por los sentidos sensaciones. Estar sólo. Me divierto y me anulo, me olvido de mí mismo, me abandono. Escapo de mis preocupaciones por las rendijas del entretenimiento. No me implico. No comparto. La diversión es fácil: no me exige, me da sin pedir nada a cambio… excepto tiempo para asesinarlo. Divertirse es ser espectador en vez de actor. La tele, ya les digo, es divertida.

Pero ¿disfruta usted viendo la tele? Disfrutar es sacar fruto. Exprimir el instante. Disfrutando soy yo. Disfrutar me interpela: si quiero disfrutar necesito esforzarme. El disfrutar me exige, muchas veces, demorar el placer y conseguirlo luego más profundo. Disfrutar es sembrar para sacar más fruto. Escalo la montaña y disfruto del esfuerzo de vencer mi propio peso y llevarlo hasta la cima y allí, disfruto de la conquista de haberlo conseguido. Disfrutar es compromiso, libertad conquistada, gozo, satisfacción, deleite, complacencia. Disfrutar es vivir en vez de desvivirse viendo como otros viven. La vida se disfruta.

Y, ustedes, qué prefieren, ¿Divertirse o disfrutar? Pues ya saben: vean televisión, no la consuman o serán consumidos por ella.