Mackinnon dedica una gran cantidad de páginas  a describir y ejemplificar diversos modos de control por parte de los gobiernos. Todos ellos son escandalosamente públicos  y notorios. Por eso decíamos hace seis posts que la noticia del “traidor” norteamericano no era noticia.

En China, todo con tecnología occidental, han creado su propia internet, y sus propias redes sociales absolutamente controladas por el gobierno. Allí no es que el gobierno espíe la red, es que la red es del gobierno.: «De hecho, los inversores capitalistas están ayudando al Partido Comunista Chino a reforzar y redefinir una jaula dorada para los usuarios de la internet china. Esta jaula se está haciendo lo más grande y atractiva posible para el pueblo chino, proporcionándole cada vez más comodidades digitales, entretenimientos, confort, e incluso espacios para el debate político, dando así a la gente la sensación de que es mucho más libre de lo que lo había sido nunca, siempre, claro está, que no se traspasen ciertos límites.  El gobierno no puede permitirse cortar las relaciones entre la internet nacional china y la internacional sin que esto entorpezca los negocios internacionales, el comercio y las finanzas, de los cuales depende hoy en día todo su economía. Sin embargo, gracias en parte a la copiosa inversión extranjera, la internet nacional china ha crecido hasta ser suficientemente fuerte y útil para satisfacer a la mayoría de los usuarios chinos de internet, de tal manera que el gobierno ha sido capaz  de restringir el acceso a la internet global sin que se produzcan grandes protestas.» Resultado: «Lo más probable es que el uso invasivo de internet en China ayude en realidad a prolongar el dominio del Partido Comunista en China, en lugar de acelerar su fin.»  El ciberoptimismo acierta de nuevo.

El gobierno ruso no ha elegido la misma vía –es peseudodemocrático–: vigila, influye, contamina, legisla: «amplias leyes contra la difamación, persecución criminal de los periodistas de internet junto con otras formas de presión que incluyen la intimidación, el asalto y el asesinato» El empleo de «la violencia digital cometida por personas que no pueden ser directamente vinculadas al gobierno. … Hackers que lanzan ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS) contra páginas críticas al gobierno, dejándoles sin conexión, … el control sin ningún tipo de orden judicial, de los usuarios de Internet por el FSB (Sucesor del KGB)…. Campañas de blogueros al servicio del régimen…» Al lobo del gobierno ruso le encanta la red porque así sabe qué es lo que la gente opina, habla e incluso lo que quiere… “Oh, ¡qué redes tan grandes tienes!” “¡Son para manipularte mejor!”

Los ejemplos y descripciones son muchos, variados y estremecedores: Egipto, Irán, Birmania, Túnez, Siria, Pakistán, Arabia Saudí, Barhein… Apagones de la red, rastreo, filtros, cierre de webs, vigilancia de móviles, identificaciones, análisis, bloqueos, alteración de la información… Y todo, por supuesto con tecnología occidental y proveedores occidentales. También hay una pormenorizada descripción de lo que ha venido haciendo el gobierno norteamericano desde el 11 S con la excusa de la seguridad y que coincide punto por punto con lo que ha contado el arrepentido. Y también Europa. «En menos de una década, internet en Europa ha pasado de ser un entorno virtualmente sin restricciones a ser un espacio en que el filtrado es, en la mayoría de los países, particularmente en la Unión Europea, más la norma que la excepción.»

El problema está en que si es posible y existe el filtrado antidelincuencia, también lo es y probablemente exista el filtrado con otros fines que no son de interés general. «La legislación de EEUU es muy estricta respecto a las escuchas telefónicas y a los registros físicos de los hogares o incluso de los discos duros de los ordenadores privados, … pero es vaga y anticuada cuando se trata de las comunicaciones digitales almacenadas «en el aire» (G-mail, Hotmail, Amazon, Blogspot, Facebook y Twitter)» En el mundo físico, la pornografía se embolsa en los kioscos mientras en el virtual está al alcance de un clic. Es así de estúpido. No lo de las bolsas, sino la impunidad del click.

Creo que estas últimas entradas bastan para poner de manifiesto la fragilidad de nuestras comunicaciones, la inconsistencia  de nuestra privacidad, la instalación de la extimidad y la realidad del abuso del poder. En el libro hay mucho más.