Se sabe que donde hay niños hay más tecnología. Uno de los motivos por los que los padres se animan a introducir ordenadores, tablets, videoconsolas, televisores, móviles… es precisamente satisfacer la demanda de sus hijos.
Ya se comercializan las tabletas para bebés. Se llaman Vinci y tienen los cantos forrados de caucho. Muchos papás correrán a comprarlas para introducir cuanto antes a los críos en lo que va a ser su medio natural: ¡es tan divertido verles puntear con el dedo y manejar intuitivamente el software! Los chavales son ya dueños de su territorio, su cuarto, y es allí donde se van instalando las pantallas – hasta cinco entre televisiones, ordenadores, videojuegos, teléfonos de última generación y tabletas – en contra de lo que el sentido común dicta a cualquiera que se plantee la cuestión desde el punto de vista educativo.
Ya se comercializan las tabletas para bebés. Se llaman Vinci y tienen los cantos forrados de caucho. Muchos papás correrán a comprarlas para introducir cuanto antes a los críos en lo que va a ser su medio natural: ¡es tan divertido verles puntear con el dedo y manejar intuitivamente el software! Los chavales son ya dueños de su territorio, su cuarto, y es allí donde se van instalando las pantallas – hasta cinco entre televisiones, ordenadores, videojuegos, teléfonos de última generación y tabletas – en contra de lo que el sentido común dicta a cualquiera que se plantee la cuestión desde el punto de vista educativo.
Sin embargo, un psicólogo británico, Alic Sigman,sugiere «Sacar la televisión y las videoconsolas fuera de los dormitorios. No exponer a un niño a una pantalla hasta los tres años. Fijar un tiempo máximo de media hora a partir de esa edad y de una hora y media al día a partir de los siete años… No usar el iPad o el Blackberry delante de los niños… es una de las recomendaciones drásticas del psicólogo, que ha aprovechado su paso por la Conferencia de Pediatría y Salud Infantil en Glasgow para lanzar una campaña contra la «paternidad pasiva», ante la intrusión mediática que ha convertido los hogares en una sucesión interrumpida de pantallas».
A su juicio, las autoridades europeas deberían tomar medidas restrictivas, o al menos recomendaciones que desaconsejen el uso de la televisión entre los más pequeños, «como ya han hecho países como EEUU, Australia o Canadá». Lo tiene claro, pero amén.
Y si quieren divertirse que le pongan la pantalla al gato.
Y si quieren divertirse que le pongan la pantalla al gato.
Fuente: EL Mundo.es y elmundo.es
No sabía que existían ya estas tablets preparadas para niños pequeños. Me parece excesivo este tema… ¿Ta pequeños? ¿Es imprescindible? ¿O es porque los papás han encontrado un nuevo juguete con el que entretener o aparcar al niño?
Sí estoy de acuerdo con el uso intuitivo que tienen los niños con estos objetos, y sí creo que es importante que se familiaricen con ellos desde pequeños, pero con tanta moderación y prudencia…
Muy interesante tu entrada. La pongo en Pinterest.
Un saludo.
¡qué lástima! Seguro que los niños aprenden pronto informática pero, ¿aprenderán también así rápidamente que conseguir resultados con su esfuerzo e imaginación es cosa de tontos, ya que lo pueden conseguir con un botón, o incluso con el dedo?
Insisto !qué lástima1
Ana, profesora
Esperemos, Ana Cris, que los niños siguan obteniendo más placer conseguiendo las cosas por sí mismos, mediante su esfuerzo, que simplemente apretando botones.
Pues cada vez más, me dice mi hermana pediatra, son más los niños obesos que llegan a las consultas. En su hospital, el Miguel Servet, ya han incluído en los protocolos para la obesidad infantil, la prescripción de no estar más de una hora/día ante cualquier tipo de pantallas. Por lo visto, la movilidad de estos niños es de «muy baja» a «nula». Algo tendrán que ver en ello los «padres pasivos», digo yo.
José Luis
Perdón: sigan, si; siguan, no.
José Luis
Gracias, Negre.Yo creo que es el Papanatismo tecnológico mezclado con la falta de sentido común. Los niños tardan tres segundos en familiarizarse con lo digital, pero cada cosa a su tiempo.
Esfuerzo, imaginación, cabezas sólidadmente formadas, y jugar y aburrirse y meterse en los charcos, tocar el mundo y mirar a los ojos y sonreír… Todo eso es lo que necesitan los niños y no lo van a encontrar en las pantallas.
Gracias por tu visita, Ana Cris.
La obesidad es uno de los factores del producto, José Luis. No dejes de ver el vídeo de Pixar Wall-E. Hay un fragmento delicioso de 10 minutos por aquí por el blog. Ponlo en el buscador, merece la pena.