Algunos amigos nos reprochan que hace ya algún tiempo que no escribimos. Lo cierto es que tenemos no solo la sensación, sino la certeza de que ya lo hemos dicho todo.  No hay grandes cambios: el Medioambiente Simbólico sigue en su línea. Los cambios que se producen son más de cantidad que de cualidad. Por ahora, la tan cacareada IA -que por cierto existe y funciona ya hace mucho tiempo- nos preocupa menos que los efectos en las relaciones humanas, familiares y escolares de la tecnología, que son las que han ido llenando las páginas de este blog.

Por otra parte, aunque sigue habiendo resistencia por parte de los usuarios y de las instituciones a coger de una vez ese toro por los cuernos y empezar a exigir de verdad cambios profundos a las grandes corporaciones de Sillicon Valley,  se está publicando mucho y bien en diferentes medios y formatos sobre esa toxicidad que nos preocupa y que cada vez es más evidente. De ahí que en estas últimas entradas publiquemos  más lo que otros publican porque  lo hacen o dicen más y mejor que nosotros.  

Es el caso de los dos vídeos que publicamos hoy. Por un lado, el New York Times nos muestra en este vídeo la realidad de uso de la red por parte de los niños, ante la indiferencia de los adultos responsables: los padres que siguen en Babia y, sobre todo, las grandes corporaciones creadoras de webs, apps y contenidos a las que les importa más su cuenta de resultados que los efectos tóxicos de sus productos para el crecimiento de los chavales.

Dice cosas muy claras:

«Todos entendemos que nuestro trabajo es proteger a los niños de un mundo que son demasiado jóvenes para comprender […] Por eso ponemos barreras para bebés en las escaleras, compramos asientos especiales para el coche y les regalamos tijeras de plástico. Pero cuando se trata de internet, los abandonamos. […] No dejamos que los niños vean películas para adultos, pero cuando los niños entran en YouTube, Instagram o TikTok, lo hacen en un mundo diseñado por adultos para adultos. […] Una tecnología creada por programadores con un objetivo en mente: conseguir que nuestros hijos permanezcan en la aplicación el mayor tiempo posible. […] Hechas a propósito para poner los beneficios por encima de la seguridad de los chavales.Yson malditamente buenos en eso.  […] En el mundo real, decimos a nuestros hijos: «No hables con extraños», pero en internet, las empresas tecnológicas permiten que esos extraños contacten fácilmente con nuestros hijos. […] Se ha despreciado el bienestar de millones de niños para que unas cuantas grandes empresas tecnológicas y sus accionistas puedan enriquecerse. Las grandes tecnológicas deben rendir cuentas.» Y las soluciones tecnológicas son absolutamente factibles.

 

 

En cuant0 a la receta alternativa, este otro sencillo, pero eficacísimo «estofado de tiempo libre» de Amor a fuego lento:

¡Que os aproveche!