Neil Postman. 1998. Denver, Colorado. Conferencia dictada ante un auditorio de teólogos y líderes religiosos en el entorno del Congreso Internacional sobre Nuevas Tecnologías y persona humana: comunicando la fe en el Nuevo Milenio (New Tech ’98).
Comienza diciendo que nada hay en nuestro siglo que nos pueda preocupar más que lo que ha habido en los siglos anteriores. «El dilema humano continúa siendo el que era y es un engaño creernos que los cambios tecnológicos de nuestra era van a dejar inservible la sabiduría milenaria y a los sabios.». Huyamos del apocalipsis. El hombre siempre es el mismo y cada época, cada día, tienen su afán.
En cuanto a los desafíos concretos de la era tecnológica se declara humildemente ignorante para aconsejar lo que hacer, pero sí que se atreve a decir lo que deberíamos saber: cinco advertencias de nada para pensar un poco.
Primera: «La tecnología da y la tecnología quita. […] Para cualquier ventaja que la tecnología ofrece, siempre existe su correspondiente desventaja.» Por tanto cuidado con aquellos que reciben siempre lo tecnológico como si fuera una bendición sin ver u obviando las desventajas que acarrea.
«Quizás la mejor manera de expresarlo sería diciendo que la pregunta, «¿Qué va a hacer esta nueva tecnología?» no es más importante que la pregunta, «¿Qué va a deshacer esta nueva tecnología?». De hecho, esta última cuestión es más importante precisamente porque apenas es formulada. Diríamos que una visión más sofisticada –más profunda– del cambio tecnológico debe incluir el escepticismo ante las visiones mesiánicas y utópicas que nos presentan los que no tienen un sentido histórico de los débiles equilibrios sobre los que descansa la cultura.»
Segunda: «toda nueva tecnología beneficia a algunos y perjudica a otros» por lo que las preguntas que hay que hacerse ante el cambio tecnológico «son estas: ¿quiénes se van a beneficiar del desarrollo de esta nueva tecnología?; ¿qué grupos, qué tipo de personas, qué tipo de industria va a ser favorecida?; y por supuesto, ¿a qué grupos de personas va a perjudicar». Por supuesto que aquellos a los que beneficia se van a entusiasmar y animarán a todos los demás, incluidos los perdedores, a que también se muestren encantados.
Ahora, claro, los ganadores hablan constantemente de las bondades de la Era de la Información, aunque finalmente las montañas de información acaben enterrándonos y dejándonos ciegos «de forma que no somos capaces de ver de dónde vienen realmente nuestros problemas.»
Tercera: «Dentro de toda tecnología se esconde una idea-fuerza, a veces incluso dos o tres ideas-fuerza.» O dicho de otro modo: «a un hombre con un martillo, todo le parece un clavo». O de otra manera, «cualquier tecnología tiene su prejuicio». O incluso: «toda tecnología incorpora una filosofía que es expresión de cómo la tecnología nos hace usar nuestra mente, de en qué medida nos hace usar nuestros cuerpos, de en cómo codifica nuestro mundo, de a cuáles de nuestros sentidos amplifica, de a cuáles de nuestras emociones y tendencias intelectuales desatiende.» Que, finalmente es lo que Marshall McLuhan expresó con la frase: «el medio es el mensaje».
Cuarta: «el cambio tecnológico no es aditivo, es ecológico». O, de nuevo dicho de otro modo: «Un nuevo medio no añade algo, lo cambia todo». «Las consecuencias del cambio tecnológico siempre son amplias, a menudo impredecibles y en su mayor parte irreversibles», por lo que es muy peligroso dejar las decisiones sobre la implantación de la tecnología en manos de aquellos a los que sólo les interesa el beneficio sobre todo económico que incorpora.
Quinta: «tendemos a hacer de los medios algo mítico» «Roland Barthes. Utilizó la palabra «mito» para referirse a la tendencia común a pensar en las creaciones tecnológicas como si fueran creaciones divinas, como si formaran parte del orden natural de las cosas». Y «Cuando una tecnología se hace mítica, es peligroso porque entonces se la acepta tal y como es sin someterla a análisis o crítica y no es entonces fácilmente susceptible de modificación o control.» Por el contrario, «La mejor manera de ver a la tecnología es como a un intruso extraño».
Conclusión: hasta ahora, hemos recibido la tecnología con el eslogan “la tecnología por encima de todo”. «Esto es una forma de estupidez, especialmente en una época de cambios tecnológicos tan profundos. Necesitamos actuar con los ojos bien abiertos para que utilicemos más la tecnología en vez de que sea la tecnología la que nos utilice a nosotros».
Eso y no otra cosa es lo que intentamos desde ASUME y desde este humilde blog.
Eso y no otra cosa es lo que intentamos desde ASUME y desde este humilde blog.
(Texto completo arriba en nuestra página Pensar los medios/Nuevo entorno)
[Hemos hablado de Neil Postman en: Morirse de risa,
[Reseña del texto completo de Postman: Divertirse hasta morir]
[Hemos hablado de Neil Postman en: Morirse de risa,
[Reseña del texto completo de Postman: Divertirse hasta morir]
Pues no sé yo si saldrían muy sorprendidos los teólogos y líderes religiosos de la conferencia… A su favor, la humilde declaración de su propia ignorancia en el campo del que va a hablar.
La primera: es del todo general, podría aplicarse a la elección de cualquier cosa. Está bien, eso sí, que nos prevenga de que el uso inteligente del escepticismo servirá de protección «de los débiles equilibrios sobre los que descansa la cultura». Aunque… si yo me pregunto «¿Qué va a deshacer esta nueva tecnología?» lo más probable es que no sepa responderme con la necesaria solvencia al caso.
La segunda: ¿Va en serio?: ya sé que sí, pero… quién del vulgo común podrá responder acertadamente tales cuestiones?
La tercera: Es la que más me gusta.
La cuarta: A mi entender es una recomendación errónea. Toda tecnología se implementa sobre las anteriores.
La quinta: Pues claro. Si la sociedad que produce estas tecnologías ha hecho previamente mito a la razón (por sí misma), es lógico que sus «creaciones» participen de ese carácter mítico.
José Luis
Postman, amigo, no se declara ignorante en el campo del cambio tecnológico. No puede hacerlo porque es uno de los teóricos claves en el estudio de los cambios sociales que produce la introducción de nuevas tecnologías. Lo que dice es que no se atrevería a decir qué hay que hacer, pero sí qué hay que saber.
Sin entrar en detalle -puedes leer el texto completo en la página correspondiente del blog- a mí me parece que las cinco advertencias giran en torno a un mismo pilar: la crítica del papanatismo tecnológico que combatimos desde aquí desde la primera entrada a la última de este blog.
Sin embargo, sí te diré que,a mí, la más brillante y más profunda me parece, en cambio, la que tú calificas de errónea: desde que empecé a reflexionar sobre la televisión y la hegemonía de la imagen hace 25 años, siempre he pensado que su problema no es esta o aquella característica, sino la potencia conque su introducción lo ha cambiado todo. Postman no dice que la tecnología se introduzca en el vacío, sino que el cambio social que produce no viene de añadir algo nuevo que lleva incorporado, sino de cambiar radicalmente la vida humana.
Sí, gracias Pepe, veo que me he expresado muy mal, porque entender lo había entendido como aclaras.
«Cambiar radicalmente la vida humana», sin embargo, me parece mucho cambiar. Yo creo que las cosas, en general, se van implementando consecuentemente y así los cambios que producen.
José Luis