En un post anterior hablamos de cómo la famosa foto de Robert Capa, « Muerte de un miliciano» que se convirtió en símbolo universal de la Guerra Civil  estaba probablemente recreada en vez de responder al instinto de disparo rápido del fotógrafo. El hecho de que una foto sea un truco, es decir, que corresponda a una realidad que nunca se ha dado salvo en la mente del fotógrafo que la hace, no la convierte en falsa. Todas las fotos de estudio  lo son, lo mismo que cualquier obra de arte. La falsedad está en hacerlas pasar por instantáneas reflejo fiel de una realidad ocurrida; es decir, su falsedad radicaría en la manipulación posterior del marketing y no su ejecución o en el resultado.
En cualquier caso, una vez realizada, la foto escapa al dominio y a la intención del fotógrafo y es el espectador quien se apropia de de ella. ¿Qué es lo que convierte en icono cultural o social una imagen, la mirada del fotógrafo o la mirada del espectador?

¿Las fotos nos cuentan historias o somos nosotros los que hacemos historia de las fotografías?

La imagen del Che


Tomada por Alberto Korda el 5 de marzo de 1960 ―cuando Guevara tenía 31 años― en un entierro por las víctimas de la explosión de La Coubre, no fue publicada sino hasta siete años después. Es, quizá, la imagen más reproducida en la historia, en todo tipo de soportes y ha convertido a su protagonista en una especie de santo laico que nunca fue.

¿Por qué?

Acechando la muerte


En 1994, el fotógrafo documentalista sudanés Kevin Carter ganó el premio Pulitzer de fotoperiodismo con esta fotografía tomada en la región de Ayod (una pequeña aldea en Sudán), que recorrió el mundo entero. Cuatro meses después, conducido por una fuerte dependencia a las drogas, Kevin Carter se quitó la vida. La foto fue símbolo mundial en esta ocasión del hambre impenitente africana. Sin embargo, parece documentado que la niña defecaba y el fotógrafo finalmente espantó al buitre.

Tiananmen

Revuelta de la Plaza de Tiananmen de 1989 en la República Popular China. La foto fue tomada por Jeff Widener, y se transmitió esa misma noche siendo titular en cientos de periódicos, noticieros y revistas de todo el mundo. Al contrario que en las fotos anteriores, lo inquietante de esta fotografía es lo anónimo de su protagonista y lo incierto y desconocido de su futuro: ¿qué fue de ese hombre? ¿Fue detenido? ¿Fusilado? Al simbolismo de la fotografía le importan poco esas respuestas.

Ejecución en Saigon


Eddie Adams, fue el autor de esta instantánea que muestra la ejecución a sangre fría y a quemarropa, el 1 de febrero de 1968, por parte del general Loan, jefe de policía de Saigon, de un guerrillero del Vietcong que tenía las manos atadas a la espalda.

La trastienda de esta foto es especialmente interesante. Adams, que había sido corresponsal en 13 guerras, obtuvo por esta fotografía un premio Pulitzer, y la imagen ―junto a la de Kim Phuc de la que hablamos en otro postse convirtió en un símbolo de la guerra y, de alguna manera, Representaba todo lo que estaba yendo mal en el sureste de Asia durante la guerra de Vietnam.

Sin embargo, el autor de la foto no estaba de acuerdo con esa interpretación. No es que justificara la acción del general, pero sabía que las circunstancias personales del verdugo y su víctima no permitían juicios de valor simples. El ejecutado había asesinado a un amigo del general Loan y también había matado a la esposa de ese amigo y a sus seis hijos.
«El general mató a un Vietcong con la pistola. Yo maté al general con mi cámara fotográfica.―escribió Adams―. La fotografía es el arma más poderosa del mundo. La gente se las cree, pero las fotos mienten, incluso sin ser manipuladas. Sólo son medias verdades.
Lo que la fotografía no preguntaba era “¿Qué hubieras hecho tú de haber sido el general en aquel momento y de haber sido tú el que capturó al supuesto tipo malo después de que hubiera volado por los aires a uno, dos o tres soldados americanos?”»
El general Loan también encontró asilo en EEUU y terminó sus días como propietario de una pizzería en Washington. Siempre fue víctima de aquella imagen y no tuvo mucho éxito en los negocios que emprendió, pues siempre era relacionado con el fatídico momento.

Años después, Adams visitó a Loan y el ex general le dijo: «Usted estaba haciendo su trabajo y yo, el mío». Cuando el general murió, en 1998, Adams envió flores a su familia y una nota: “Pido disculpas, mis ojos están llenos de lágrimas”. Adams murió en 2004.
Como nos preguntábamos al principio: ¿quién construye la idea de la fotografía, el fotógrafo o el espectador? ¿Es la imagen la que crea una corriente de opinión o es la opinión pública la que busca desesperadamente una imagen para volcar sobre ella la opinión ya creada?

Más información y más fotos en Fotos que hicieron historia.