El otro día, mi admirado Carlos Herrera citó como breve noticia de interés humano, la de Aitor, un chavalín que con solo seis años ha desarrollado ya un par de Apps y al que Microsoft España ha invitado a dar una vuelta por la empresa y le ha regalado un portátil firmado por Bill Gates.
El caso Aitor no dejaría de ser una curiosidad, pero encarnado en la voz de Herrera en un programa de audiencia millonaria constituye una forma de validación del estereotipo del nativo digital. Herrera no nos cuenta sólo el caso Aitor –bendito Aitor, que tiene un síndrome de Asperger que a menudo va acompañado de alguna habilidad especial–, sino cómo los niños de seis años ya están tan digitalizados que pueden llegar a llamar la atención del mismísimo fundador de Microsoft: «¡Atención, padres! ¿Qué hacéis con ese niño vuestro que todavía no tiene ordenador propio, Smartphone, PSP, y todavía se entretiene –infeliz– con un balón de fútbol, el juego de construcciones, atando a su hermana de tres años en un improvisado y casero tótem indio o, lo que es peor, leyendo tebeos o incluso cuentos?». «Este niño no me va a sacar de la pobreza – piensa el pobre padre matutino mientras se afeita–. Tengo que digitalizarlo cuanto antes».
Microsoft y su departamento de márquetin, ya han cubierto su buena obra publicitaria del día y Carlos Herrera ha colaborado sin saberlo. Mientras tanto, miles de niños y niñas normalitos, sin síndrome y sin más habilidad especial que vivir y crecer como niños, están dejando de hacerlo accediendo cada vez más pronto a un mundo de gadgets electrónicos que no necesitan para nada y que van acompañados de graves efectos secundarios: distracción, hiperactividad, aislamiento, obesidad, inseguridad y perplejidad por acceso precoz a situaciones para las que no han madurado todavía, etc… Presionados por empresas, medios, colegios y padres ingenuos que piensan que el futuro está en incorporarlos cuanto antes a tocar con el dedo una pantalla digital cuyo manejo es para tontos, miles de niños están dejando de jugar, de correr, de disfrutar, de curiosear, de aprender, de asombrarse, de crecer. Miles de niños están dejando de serlo sin estar todavía preparados para ello. Miles de niños –esos locos bajitos- a los que se les está impidiendo ejercer libre y espontáneamente su excepcional locura.
Al revés que Peter Pan, Bill Gates no les invita a no crecer y vivir eternamente en el País de Nunca Jamás , sino a convertirse prematuramente y para siempre en adultescentes . Quizá no les regale un ordenador –ahora se los vende a sus papás–. pero su Fundación tendría que crear un «Proyecto de Rehabilitación de la Infancia Inexistente» para aquellos a los que ha colaborado en robársela.
Referencias y foto:
www.microsoftinsider.es/…/la-historia-de-aitor-el-pequeno-programador/



Muy acertada reflexión, al igual que en la serie anterior sobre las modelos. No sé si sabéis que dentro de la profesión informática existe un gran descontento con respecto a los sueldos y las condiciones laborales. Salvo contadas excepciones, los informáticos se consideran -y puedo decir que con razón- los parias del sistema, aunque también deberían ver que ellos han contribuido a crearlo. A las consultoras que los emplean las denominan «cárnicas», por la explotación a que los someten. Por este motivo las notas de corte para estudiar Informática e Ingeniería de Telecomunicaciones, tradicionalmente muy altas, han bajado en picado.
Gracias, Fernando.
No sabía. Acabo de leer el último libro de Jaron Larnier -increíblemente mal escrito o mal traducido, para mí durísimo de leer- en el que denuncia cómo las grandes corporaciones se están quedando con todo el beneficio que generan no sólo los informáticos, sino todos los usuarios que generan y comparten contenidos y alerta sobre el carácter insostenible de la economía que ha generado el uso de la red tal y como se ha ido configurando desde su nacimiento. Deberías leerlo y explicárnoslo tú que sabes más del tema.