Fuente: El País, 2 de noviembre de 2011

Si el otro día publicábamos una viñeta de El Roto que era un bisturí penetrando la carne del ciberutopismo de la Red y decíamos que no era ningún chiste, la de hoy también merece sacarla del circuito del amable fin de semana porque, desde luego tampoco lo es.  Igual de dura, igual de políticamente incorrecta, igual de inasequible a la presión ambiental de los cantos de sirena de los ciberoptimistas…Y también igual de profunda  en la austera sencillez del dibujo y el texto.
¿Discutible? A lo mejor. Una joya intelectual, eso seguro.